sábado, 6 de octubre de 2012

Así es imposible personalizar

En esta entrada se recoge una situación dramática, concreción de un panorama que ya he comentado antes y que solamente hace que agravarse por los recortes sucesivos e indiscriminados, que multiplican los alumnos y disminuyen profesores y recursos. Lo más preocupante de esta situación es que así no se puede personalizar la enseñanza. ¿Y eso qué quiere decir?

No se puede conocer al alumno, atenderle en sus problemas personales. ¿Cómo hablar con calma con una estudiante que ves llorosa sistemáticamente y que tiene un panorama familiar de terror? Puedes pillarla en los pasillos o en algún recreo, pero falta tiempo. Los hay que te recomiendan que la derives al psicólogo o orientador, que no la conoce, que no es a quien ella ha pedido ayuda, clinicalicemos y externalicemos los casos, nosotros somos profesores-imparte contenidos y ya está.

No se puede adaptar el material. ¿Cómo preparar fichas alternativas para alumnos de niveles tan diferentes durante tantas clases en el tiempo que nos dan? Un alumno que no entiende bien el idioma, un TDAH clarísimo, varios con problemas de aprendizaje, dos que se perdieron hace cursos. Pues proponen separarlos en grupitos o bien que directamente se vayan esos que impiden el ritmo normal (como si hubiera tal ritmo). Al fin y al cabo hemos de preparar para los exámenes (lo único importante para el gobierno) a la mayoría, que también tienen sus derechos, como se oye en alguna reunión.

No se puede incorporar un tema de actualidad. ¿Cómo seguir las noticias, buscar webs que las complementen adecuadas, preparar secuencias para siete grupos distintos? ¿Durante cada semana? Máximo lo haremos de vez en cuando, pero no importa porque las editoriales ya nos proporcionan libros (suelen ser nefastos) donde se nos da todo mascadito y preparado, aunque eso no interese a los alumnos y sea lo mismo años tras año y reforma tras reforma, lo de ahora no tiene cabida en el sistema, ¿para qué, para que piensen?

No se puede evaluar de manera completa. ¿Cómo saber dónde fallan más de 150 alumnos, tener en cuenta su actitud diaria, corregir a fondo trabajos, planificar su progresión y darles cosas para que mejoren sus fallos específicos? Por ese motivo, mejor poner solamente exámenes y si puede ser de respuesta corta, para corregir en menos tiempo y poder poner una nota, sin considerar inteligencias múltiples, trabajo en equipo, evaluación continua o demás vocablos falsamente pedagógicos, que ya se sabe que la pedagogía es la madre de los problemas de nuestro sistema.

No se puede trabajar con las familias. ¿Cómo seguir los pactos acordados si tienes apenas una reunión por curso o dos con ellas y eso ya saliendo del tiempo establecido para las tutorías? Imposible conocer los entresijos de veintitantas familias, de las cuales la mitad reclama a gritos atención urgente, y además cuando nos situemos ya pasarán de curso y el marrón será para algún compañero, eso suponiendo que hayamos conseguido que acudan al centro. Pero es igual, la culpa en el fondo es suya, que no se quieren implicar y total, sus hijos, es de sobras conocido que no harán nada en la vida así que mejor no romperse la cabeza.

No, así no se puede personalizar. Pero es que el objetivo del sistema educativo no es ése, sino que parece pasar por otros criterios, por una materia metida a embudo a grupos anónimos y homogéneos que superen reválidas y se autoseleccionen para ser más empleables. Lo demás, utopías trasnochadas.

5 comentarios:

Enrique dijo...

El sistema educativo es una organización cada vez más cara y complicada en la que progresivamente se gasta más para obtener el mismo rendimiento; y gran parte del gasto empleado en educación se dedica al mantenimiento de la organización misma, no se invierte directamente en la labor educativa. En torno a la educación, se ha montado una empresa gigantesca. Además de profesores, hay un ejército de orientadores, pedagogos, asesores, inspectores, psicólogos, editores o informáticos que viven de ella. Decenas o cientos de miles de personas, máquinas y edificios dedicados a impartir conocimientos y valores de todo tipo.

Como muchas otras instituciones, el sistema educativo tiende a olvidar los fines para los que ha sido diseñado y se convierte en un fin en sí mismo. En vez de ofrecer el servicio que debiera, sirve a sus propios intereses. Se convierte en una industria que fabrica y vende un servicio, cuya demanda no depende exclusivamente de que este servicio sea necesario sino también de que se haya hecho creer que se necesita y se hayan dispuesto las cosas de tal manera que no haya otras formas de obtenerlo distintas de la oficial.

Pero las dos funciones para las que originalmente estaba destinada la escuela se podrían cubrir de otras maneras, posiblemente mejores, más baratas, más flexibles y con menos carga ideológica.

http://www.otraspoliticas.com/educacion/desmontar-la-escuela

eduideas dijo...

No creo que haya que dejar la escuela, pero sí cambiarla: estoy de acuerdo en que el sistema educativo tiene mucho de industrial y de auto-mantenimiento y con Internet el tema de los contenidos ha cobrado otra dimensión, pero continúa aportando muchos beneficios difíciles de obtener de otro modo. Creo que de momento deberíamos reclamar una reducción de ratios que permita una educación más humana y centrada en el alumno

Toni Solano dijo...

Quisiera aportar algo a tu entrada, pero estoy muy cabreado con este tema. Desde hace tiempo venimos reclamando recursos para atender a la diversidad y se nos niegan -o directamente se nos quitan los que ya teníamos-. Ahora llegan resultados de las pruebas diagnósticas y estamos en los últimos lugares; por eso nos piden un Plan de Mejora. Me dan ganas de enviarles un rollo de papel higiénico, el mismo que han debido utilizar ellos para todos nuestros escritos de estos años.

Toni Solano dijo...

Por cierto, recomiendo este entrada de Elías:
http://lalengua.info/2012/10/el-estado-de-las-cosas-educativas/

eduideas dijo...

Toni, entiendo tu cabreo y ya leí la entrada vía tu twitter, que sigo a diario. Realmente es indignante que os nieguen los recursos en un centro como el tuyo (leí cómo se reducen las líneas a medida que suben los cursos, en mi centro no es tan acusado pero también hay una vergonzante reducción que indica que perdemos a demasiados estudiantes por el camino). Pero es que el ataque contra la educación pública pasa justamente por ahí, desidia y denegación de ayudas hasta que el panorama sea tan dramático que solamente vayan cuatro concienciados y los que no tienen otra alternativa