domingo, 6 de julio de 2014

Comisiones y decisiones curriculares

Hay muchos elementos del sistema educativo que dependen, o parecen depender, de elementos abstractos más o menos vinculados a la administración. Es decir, no se puede poner nombre a sus responsables y entonces no se les puede pedir cuentas. Suelen esconderse en comisiones de expertos o similares, de los que pocas veces sabemos sus componentes. Incluso cuando tenemos el nombre del coordinador, este se escuda en presiones de arriba etéreas.

Un ejemplo sería la selectividad. ¿Quién escoge las preguntas de un examen con tanta trascendencia? ¿Por qué ese formato? Esa prueba determina el futuro de miles de estudiantes pero además tiene un efecto cascada en todos los niveles educativos, que se preparan para que los alumnos pasen esa criba y poco más (lo que no "entra", no se da). Los responsables de las pruebas acostumbran a hablar de presiones, quejas, tradiciones y consejos del departamento para diluir su intervención.

Otro caso: ¿quién decide qué libros se leen cada año o qué nuevas instrucciones de curso entran en el siguiente periodo? ¿Por qué ahora habrá que hacer voluntariado en la eso y no antes o no otra cosa? ¿Quién redacta los currículos? Habrá alguna mano final que pique el texto, aunque haya responsables políticos que lo supervisen. A veces no parece que esa mano venga de las aulas.

¿Por qué no se cuenta con los docentes para opinar ante dichas comisiones? Encuestas, grupos de presión, asociaciones de profesores, hay muchas vías sencillas para canalizar esa opinión y que no parezca que quien manda, siempre anónimo, marca qué haremos en clase sin saberse por qué.

1 comentario:

Toni Solano dijo...

También yo me he hecho esa pregunta muchas veces. ¿Quiénes son las manos que mueven la trastienda educativa? Ahora que nos resulta fácil conocernos todos en la red, si ninguno de los más destacados de la materia, bien visibles, está detrás de esas decisiones, ¿qué anodino funcionario marca el recto camino?
Por cierto, sería hora de que cambiasen los criterios de selectividad y los adaptasen a los tiempos antes de que mueran por la LOMCE.