lunes, 20 de julio de 2009

La función de la Selectividad

Ya han salido las notas de corte para entrar en las carreras, este año han subido un poco porque la selectividad ha sido más sencilla, supongo que para que no haya muchos repetidores con el cambio de modelo, del que por cierto seguimos sin saber nada, no sea que podamos planificar el curso con tiempo. En muchas carreras esa nota es un puro trámite, son todo 5.00, y entonces surge la pregunta de la función de ese presunto filtro, ¿o es que es sólo para los que quieren cursar determinadas carreras? ¿Sólo los médicos tienen que esforzarse por sacar una buena media? Ojo, me parece estupendo que así sea, especialmente el día en que yo esté en la mesa de operaciones.

Pero la selectividad actual ha perdido su función de ser. Si sirve para unificar criterios de evaluación y arreglar los escándalos de algunos centros que suben la media de bachillerato, entonces no tiene sentido que cuente un 40% por lo que para la mayoría de alumnos sigue siendo más rentable ir a centros menos exigentes. Si sirve para que los profesores den más o menos lo mismo, eso sí que ocurre, aunque me temo que entonces muchos aspectos del currículum no se dan porque "no entran". Si sirve para filtrar el acceso a la universidad, pienso que debería ser en primer curso de carrera, una vez probado si uno sirve o no y si aquellos estudios son lo que esperaba y no antes (¿qué relación tiene la mayoría de lo que se estudia en bachillerato con la vocación?). Si sirve como prueba de fin de bachillerato, no tiene sentido que se exima a los que van para ciclos.

Teóricamente la selectividad es una "prueba de madurez", pues no sé yo si eso lo veré con el nuevo modelo, de momento no me convence que demuestra nada más que se tienen unos mínimos y que se ha entrenado para superar un modelo. Si es eso lo que se busca, perfecto, pero entonces que le cambien el nombre: no puede llamarse selectiva una prueba con un porcentaje tan alto de aprobados y con esas notas finales.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión; felicidades.
La selectividad debiera empezar a funcionar con rigor. No se trata de sesgar, sino de educar (y no formar, exclusivamente). Si queremos que a las universidades accedan individuos preparados conviene darles una buena preparación, pero para ello es indispensable reciclar previamente a los que hoy están impartiendo clases, educar a quien lo hará, disminuir las ratios…y un largo etc. El problema es el de siempre.
Veremos qué pasa con el nuevo sistema, pero cuando nos informan de cambios educativos los ciudadanos de este país empezamos a segregar adrenalina casi al unísono. No se ha demostrado el suficiente interés educativo hasta ahora?
A día de hoy las reformas en materia educativa han sido puramente políticas y burocráticas y no se ha contado con la comunidad escolar. No es de extrañar que semejante interés pedagógico nos sitúe a la cabeza de Europa…refiriéndonos a las listas que indican cuales son los países que menos invierten en materia educativa.
Los señores que nos gobiernan trabajan hacia la galería. Realmente no creo que interese demasiado dotar a los ciudadanos de este país de una “educación de calidad”. ¿A quienes les interesan individuos con poca capacidad crítica, sumisos, maleables…? Ups.
Aprovecho la ocasión para animar a aquellos aficionados a medir el fracaso educativo de la enseñanza obligatoria, a que publiquen algún día los datos relativos al fracaso universitario.
Un saludo.

eduideas dijo...

Sí, los índices de idoneidad de las carreras y cómo se enseña en educación superior darían para otro largo debate. Gracias por tus comentarios

Anónimo dijo...

Gracias a usted por generar estas reflexiones y debates.
No quisiera acaparar el hilo, que daría para una interesante mesa redonda, pero si desearía apuntar algo a lo que usted hizo referencia y que constituye casi una pregunta retórica: “¿Sólo los médicos tienen que esforzarse en sacar una buena media?” Mi respuesta es muy poco original…seguro que todos sus seguidores opinan lo mismo: ¡rotundamente no! Comparto totalmente su opinión con respecto al nivel de exigencia de los futuros expertos del sistema sanitario, sin embargo desde el momento en el que el sistema educativo se sustenta uno de los pilares básicos del Estado de Bienestar y del que depende la clase de ciudadanos que conforman un país, debiera exigírsele una buena preparación a los profesionales que los tienen en sus manos. A pesar de todo, la mayor parte de las carreras de humanidades, concretamente las orientadas directamente a la docencia, tienen las notas de corte más reducidas. Incomprensible.
No soy tan iluso como para no entender que para algunos gobernantes nuestras demandas supongan más un problema que una ventaja (poco entienden, porque no les interesa, de Estado de Bienestar o de política social), pero me niego a pensar que no existe solución y que debemos conformarnos con lo que “nos ha tocado”. Por todo esto, quisiera agradecerle, una vez más, a usted y a todas las personas que contribuyen en este espacio, la labor de reflexión y propagación que están realizando. Sepan que, aunque somos más los que leemos que los que intervenimos, su esfuerzo no es inútil.
Un saludo