lunes, 28 de enero de 2013

Blogocumpleaños de Eduideas

Hace poco fue el blogocumpleaños de Eduideas y quería simplemente agradecer vuestra presencia y apoyo a todos los que leési y comentáis las entradas de este blog. Desde el 2008 han cambiado algunas cosas en el sistema educativo, pero las inercias y esencias siguen igual, tal y como muestran las referencias que tengo que seguir haciendo a posts anteriores.

Las entradas con más visitas del año anterior son, con diferencia, dos que se refieren a las materias, lo cual demuestra que los profesores sí pensamos en pedagogía y nuestros alumnos y no solamente en trabajar menos y tener vacaciones como quieren pintar algunos políticos y medios afines. La más vista fue una reciente, sobre la posibilidad de aplicar un sistema como el de los juegos a la evaluación y la segunda una de la serie LOMCE, que promete ser un culebrón recurrente, que hablaba sobre los cambios en las asignaturas (algunos ya cambiados de nuevo desde entonces).

En cambio en el cómputo global, interesan más las entradas referidas a reflexiones generales, como la de la transición entre etapas, que acumula muchas lecturas (y la que más de otros países), que siempre están vigentes por mucha contrarreforma y recorte que se haga.

Veremos si algo se ha movido en el próximo aniversario.

domingo, 20 de enero de 2013

Más universitarios

Nuestro antiministro debe de estar enfadado. A pesar de haber declarado que tenemos "demasiados" universitarios, subir las tasas y ahogar a los investigadores, cada vez hay más matriculados en los estudios superiores, consecuencia del aumento del nivel general (sí, otro motivo de enfado porque desmiente su discurso de lo muy mal que vamos) y de la crisis económica, que busca refugio "seguro" en los títulos.

La universidad llega a más gente, una buena noticia. Pero aún debe reformularse. Hay carreras que son puro trámite, asignaturas inconexas entre sí, poca formación cultural generalista. Otras deben luchar por ganar matrículas para no cerrar y proliferan en cada pequeña ciudad. Algunas tienen nula conexión con la realidad exterior. Los departamentos se pelean entre sí y muchas veces las tesis son medio autistas.

Creo que deben introducirse más asignaturas "formativas" transversales, de manera que se asegure que un graduado tiene un nivel mínimo. También debe revisarse la exigencia de determinadas materias, por el mismo motivo. Hay que posibilitar caminos "a la carta" dentro de las titulaciones, de modo que cada alumno pueda escoger qué hacer, aparte de unas troncales básicas, puesto que el mundo de cada disciplina es infinito. Las prácticas boloñesas deben tener sentido y no ser clases con menos alumnos pero igual metodología. Debe incrementarse el número de lecturas necesarias en cada asignatura y realizarse más seminarios ligados a la actualidad. La universidad tiene que vender sus éxitos, que son muchos, y seguir haciendo enfadas al ministro con más y más titulados por el bien del país, pero no a costa de perder su esencia.

lunes, 7 de enero de 2013

Los suspensos II

Ya hablé en otra ocasión de los suspensos, que parecen crecer con los años, o tal vez perder su valor, si es que no es la misma cosa. En la primera evaluación se suele suspender más que en las demás, para instar a los alumnos a que trabajen y recuperen el curso (y también porque el verano larguísimo causa estragos). ¿Pero cuántos suspensos es el máximo aceptable? ¿A partir de cuándo el problema excede al grupo concreto? ¿Hay un umbral que marca que el curso es irrecuperable sin regalos extraños? ¿Suspender muchas no suele ser cosa más de actitud que de conocimientos? ¿Qué indica un suspenso?

Viendo la disparidad de criterios de evaluación en un mismo claustro, creo que es un tema que convendría debatir: hay profesores que aprueban a partir de un cuatro y pico y otros no; algunos admiten recuperaciones en forma de exámenes light o trabajos y otros no; algunos mantienen un cierto patrón en el que no suspenden más de X y otros no; hay profesores que intentan prestigiar su materia o imponerse con notas más duras y otros no; hay departamentos que consensúan criterios y otros no. En algunos centros se suspende con más facilidad, otros son más fáciles o bien hay presión de las familiar y no se puede abusar del cate; en algunos centros los suspensos suelen ser la antesala del abandono; en otros centros esos suspensos se camuflarán por las necesidades de matrícula.

Y aún hay quien mira mal al compañero que jamás suspende (por blando) o al que suspende demasiado (porque algo hará mal o bien se pasa), así que supongo que sí que existe un máximo psicológico de suspensos admisibles en una clase, ¿o no? Si cada vez se suspende más, ¿por qué ocurre?