sábado, 3 de enero de 2015

La LOMCE y currículos sobrecargados: filosofía y literatura

Ya han salido los currículos ¿definitivos? LOMCE de ESO y Bachillerato, que confirman las incongruencias y sesgos ideológicos que ya comenté acerca de los borradores. El documento merece un análisis detallado pero quiero destacar sobre todo la abundancia del temario, que hace que sea imposible de dar con una cierta profundidad. Habrá que ver las evaluaciones finales de etapa para decidir cómo impartir la asignatura, de carácter absolutamente memorístico y cero competencial a pesar de lo que la ley misma proclama.

¿Ejemplos de currículum inabarcable? Dar toda la historia de España desde la prehistoria hasta la transición en un solo curso, el más breve de todos. Toda la literatura castellana hasta el siglo XIX en 1 Bachillerato, donde además se debe explicar la oración simple y compuesta enteras y varios temas de lengua. Las asignaturas de modalidad que no tienen continuidad a lo largo del bachillerato están todas hiperrellenas.

Me gustaría fijarme en cómo quedan dos áreas: la filosofía y la literatura, ambas gravemente perjudicadas por la LOMCE, y no lo considero casual. Sus temarios son de locos pero sus horas muy escasas.

La filosofía pierde las asignaturas de ciudadanía y varias optativas. La ética se constituye en alternativa a la religión en secundaria. La única asignatura obligatoria es la de primero de bachillerato, puesto que en segundo se ofrece únicamente como optativa (y con algún tema diferente en función de si la escogen los de letras o los demás).  En 4º de ESO también aparece como optativa generalista.

El temario de la filosofía de secundaria se solapa con la psicología de bachillerato (teorías de la personalidad, motivación, afectividad, la inteligencia...) y con la filosofía de primero (del mito al logos, el sentido de la existencia, el ser humano a lo largo de la historia, tipos de verdad, teoría del conocimiento,  la estética, la metafísica....). Además de todo eso hay que impartir una introducción a la neurociencia, a la teoría del caos, examinar la socialización y sus condicionantes, discutir el concepto de civilización y cultura analizando el etnocentrismo, entender las teorías de la alteridad, experimentar con técnicas de creatividad y estudiar las teorías de la imaginación y el alma. Increíble.

Pero en primero de bachillerato no se quedan cortos. Hay que tratar los temas ya mencionados de epistemología e introducción a la filosofía y además apariencia y realidad, permanencia y cambio, filosofía de la naturaleza, categorización y abstracción, la evolución, panorama de los principales movimientos éticos en la historia, filosofía política, filosofía del lenguaje, introducción a la lógica, retórica y filosofía de la empresa. Todos estos temas con pinceladas de autores bien diversos que hay que memorizar y comentar.

Los de humanidades que opten por filosofía no tendrán los autores limitados por la selectividad como ocurre ahora. En el año con más estrés de todo el colegio deberán analizar los presocráticos, Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Ockam, panorama general de las filosofías medieval y renacentistas, Maquiavelo, Descartes, Hume, Locke, Rousseau y sus relaciones con los demás ilustrados, Kant, Marx, Nietzsche, Ortega y Gasset y Habermas. Todo ello a fondo, con la lectura de sus textos principales.

Los que la cojan por otras modalidades analizarán la filosofía griega en su totalidad, incluyendo el helenismo y sus relaciones con las ciencias, los mismos autores medievales que los de letras, Francis Bacon, Maquiavelo, Descartes, Spinoza, Hume, Locke, Kant, Marx, Engels, Feuerbach, Nietzsche, Schopenhauer,Vattimo y Lyotard.

La literatura no corre mejor suerte. Se reducen dos materias de modalidad de literatura, quedando solamente una literatura universal que no es tal y de un solo año y se suprimen las optativas en la eso más afines. En la literatura española del bachillerato se abordan todos los autores hasta el siglo XIX en un año y se dedica el segundo curso al siglo XX, como he dicho dentro de la materia común donde hay un temario extensímo de lengua, ya que no aparece la literatura de modalidad como tal. La literatura "universal" trata todos los autores de las grandes lenguas europeas desde el renacimiento hasta la actualidad. Los periodos anteriores quedan reducidos a una introducción, se supone que los autores grecolatinos los conocerán en latín y cultura clásica (si son los mismos alumnos en ambas materias) sin embargo la edad media no española brilla por su ausencia. Por supuesto no se incluyen autores de otros continentes pero es que la selección europea deja fuera a grandes nombres. No se podían meter más, claro, en un temario de tanta extensión y solo un curso. En la ESO se aborda un esquema cronológico rígido sin conexiones apenas con autores de fuera del dominio lingüístico.

¿Cómo quieren que los alumnos se embutan de todo esto?






2 comentarios:

Toni Solano dijo...

¿A qué conduce todo esto? Habría que analizar qué se pretende, porque si se piensa que así se dignifica el bachiller o la ESO, ello significaría que estamos gobernados por personas demasiado alejadas de la realidad del aula -o al menos de las aulas de la Escuela pública-. Por el contrario, puede que todo esto obedezca simplemente a la estrategia de derivar hacia el bachiller al alumnado procedente de una elite intelectual, capaz de superar ese despropósito de contenidos sobredimensionados (bien por méritos propios o bien con ayuda de centros colaboradores).
En todo caso, lo que no tienen en cuenta las leyes es que la mayor parte del profesorado seguirá impartiendo las mismas clases que siempre y que el currículo volverá a ser saboteado por unos profesionales que no creen en él y que buscarán cualquier excusa o agujero legal para no tener que cambiar nada.

eduideas dijo...

Yo creo que es intencionado, no solo por seleccionar a quien va a bachillerato, algo obvio, sino porque así los autores quedan descafeinados y sin rastro de su carga crítica, reducidos a la memorización de sus frases sin pasarlas por el filtro del propio pensamiento. La filosofía deja de ser un arma cargada de futuro, como la poesía, y pasa a ser como ya es la literatura en muchos centros un conjunto de autores y obras que aplicar a un texto sin contexto ni sentido