Cuando acabamos las oposiciones o entramos en el CGT, siempre surge la duda del destino, entre los ofertados. La mayoría acaba escogiendo un centro cerca de su casa (curiosamente el mismo motivo que los padres al escoger centro donde matricular a sus hijos) y poco más. Creo que falta mucha información pública, y eso hace que docentes primerizos acaben en centros complicados que no quieren, que mucha gente se acomode a plazas que no son su ideal y que en determinados institutos haya mucha rotación.
Las consejerías deberían publicar datos objetivos del proyecto educativo y características del centro que oferta la plaza o tiene la vacante provisional, y que los profesores escogieran por orden de puntos. Hay aspectos que determinan mucho la vida en el centro:
- enseñanzas ofertadas: no es lo mismo un macro-IES con numerosos ciclos que uno pequeño; uno con un potente bachillerat que atrae a chicos de la comarca que uno que apenas se llena
- proyectos en los que está involucrado el centro, incluyendo créditos variables ofertados
- perfil general del alumnado y el entorno
No creo que haya que publicar rendimiento o similares para no entrar en rankings absurdos, pero antes de aterrizar en un centro, a todos les gustaría saber qué puede esperar de él. Hay profesionales que prefieren proyectos más innovadores, otros que acaban de llegar y prefieren uno estándar sin mucha conflictividad a la espera de definir su perfil y no es justo que acaben en puesto intercambiados por motivos de código postal. Se habla mucho de seleccionar directores y perfiles (algo que puede ser muy peligroso) y ni siquiera se tienen en cuenta estos parámetros elementales para adjuficar destinos
Actualización: esta puede ser una propuesta para Escola2018, un blog de reflexión que habrá que ir siguiendo
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