Recuerdo que sigue abierto el CIO con un debate en el que todos deberíamos participar por su importancia.
Mientras, comento que se está planteando crear un nuevo signo de puntuación que marque la ironía, como explica Biblioríos. Me parece penoso que tenga que marcarse el doble sentido porque no se detecte a simple vista. Significa que los lectores tienen poco espíritu crítico, que no comprenden lo que leen y que no entienden qué es la connotación o un texto paródico. Algo que no me extraña demasiado si la consigna básica en la escuela es que aprendan un libro de texto sin cuestionar su contenido, con una verdad simplificada que se presenta como única y literal.
Tampoco entenderán entonces los mensajes publicitarios, o su trasfondo, y no podrán opinar sobre las noticias de actualidad, como el desastre de Haití, más allá del ¡qué pena! que no compromete a nada. ¿Por qué no se habla del sinsentido de que no se paralicen los vuelos turísticos para dar paso inmediato a aviones con ayuda humanitaria y perros de rescate, que a veces tienen que esperar permisos 48 horas? ¿Por qué no se incide más en la poca prevención (ligada al desconocimiento de los terremotos y por tanto a la investigación básica en la que racanean las administraciones y a la mala construcción de los edificios que es consecuencia directa de la pobreza?) ¿Por qué de aquí unos meses no se hablará más de esa isla en los medios? Entender bien lo que se recibe es el primer paso para formarse una opinión y denunciar las injusticias.
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