Creo que se puede saber mucho de cómo funciona un centro por las apariencias (aunque éstas engañen como dice el refrán). Si hay papeles por el suelo, desperfectos en las paredes, muchas pintadas en la mesa, pizarras sucias y sin borrar y ventanas que no cierran bien, es indicativo. Si a la salida los profesores y alumnos huyen corriendo o estos últimos se juntan solamente alrededor de corrillos de presuntas peleas o bien a primera hora van llegando goteos de retrasados, algo quiere decir. Si hay muchas ausencias entre estudiantes y docentes o los partes son algo demasiado habitual, sin duda es un síntoma. Si la biblioteca está cerrada a cal y canto, en las paredes no hay nada más que avisos oficiales o propaganda municipal y las aulas son impersonales, es un mensaje. Si los profesores no se paran nunca a hablar con los alumnos en los pasillos y en la sala común entran solamente para dejar o coger trastos, creo que es relevante. Si el diálogo entre compañeros se limita a avisos de reunión en las pizarras del departamento o la sala de profesores, en las reuniones siempre hablan los mismos y de lo mismo y hay mucha rotación de plantilla, claramente hay que alertarse.
Para ver todo esto no hace falta leer el proyecto educativo, ni entrar en las aulas, ni analizar resultados de rendimiento. Tampoco hace falta saber captar con perspicacia el clima interno o el entorno social de los alumnos. No depende de la administración y su ratería habitual ni se basa en cuestionarios psicopedagógicos ajenos. Simplemente hay que abrir los ojos, ver el centro desde fuera y analizar qué imagen se da y qué quiere decir.
3 comentarios:
Seguro que cualquier centro en el que se registran situaciones como las que planteas, dispone de un PEC, PCC, RRI, PAT, PGA, PAD, y cualquier otro documento que se te ocurra, repleto de propuestas para conseguir lo contrario de lo que tienen.
Me temo que estamos más preocupados porque no nos falte ningún papel, y porque todos se ajusten a la normativa vigente, que por crear ambientes de verdad educativos, y de convivencia, en nuestros centros. Demasiada burocracia y poca pedagogía.
Si es que, a veces, lo más obvio se nos escapa a la vista.
No resulta difícil poner nombres a centros como los que describes. ¡Qué lástima!
Totalmente cierto Juan Pedro pero esos documentos muchas veces no son leídos ni por los propios profesores del centro. Y sí, pienso en centros que conozco, Lu.
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