Normalmente cuando se habla de diversidad se suele pensar en los alumnos que tienen peor nivel o presentan algún problema, algo gravísimo por las connotaciones negativas: todos los alumnos son diversos y por tanto hacer grupitos o itinerarios rígidos es la peor manera de atenderlos, como he comentado muchas veces en este blog.
Periódicamente voy mirando cómo resuelven este tema otros países, ver cómo es el currículum de los vecinos puede dar ideas sobre el propio aunque sean realidades muy diferentes. Y me llama la atención el de los grupos avanzados, por ejemplo el AP americano, la opción contraria a la diversificación. ¿Cómo es que los que defienden esos itinerarios apenas mencionan los cursos avanzados y solamente parecen interesados en que salgan del aula los que van peor? No suelen proponer que se lleven a los mejores a un grupo aparte mientras ellos se quedan con el grueso del alumnado. Me parece significativo. Con el nuevo cuarto de ESO que se está fraguando (y que empieza a andar con el informe de orientación este curso y parece que se implantará en las materias el que viene), es el momento de retomar este debate sobre agrupaciones y ver qué hay detrás de ellas.
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