Vía Guerra y Paz, llego a este artículo donde se vota a los 100 intelectuales más influyentes del momento. Sólo hay un español y es Fernando Savater, ¿qué opináis? ¿Por qué tenemos tan poco peso? ¿Quién falta en la lista? ¿Es Savater representativo?
Y sobre todo , ¿en el futuro mejorará la situación de nuestra élite de pensadores? Porque la universidad hoy en día no es un hervider intelectual, el nivel de exigencia es bajo y los buenos deben emigrar por la patéticas ayudas y oportunidades ¿qué se podría hacer?
4 comentarios:
Creo que es justa la presencia de Fernando Saváter. Es el único pensador con proyección ética universal, mal que les pese a algunos. Otra cosa es por qué hay tan pocos pensadores españoles, y te he de decir que esto no es nuevo. El único pensador con talla internacional que hubo en los primeros años treinta del siglo pasado fue Ortega y Gasset, quizás Unamuno, pero éste era demasiado errático. España nunca ha sido tierra de pensadores, tal vez de pintores, de poetas, de artistas, pero raramente de pensadores.
Creo que el pensamiento en el mundo está caido.Igual, ojalá llegue el dia en que no importe la nacionalidad de alguien.Todos somos humanos...
Yo pienso que el problema está en la Universidad, que es la institución que debería de tirar en este campo. Como dices, el nivel de exigencia es bajo y el objetivo de muchos de los que entran en la Universidad es tener una "buena calidad de vida", nunca es por vocación. Con lo cual, se trabaja hasta que se alcanza la posición deseada y se acabó.
Os he de dar la razón a los tres, gracias por los comentarios.
El tema de la universidad me preocupa bastante, preparamos a los alumnos para entrar en ella y se frustran, como les pasó en la ESO, y siguen anclados en ese momento de ir pasando por la vida (quizá la excepción sean las ingenierías por los palos que les dan).
Habría que ayudarles a pensar, pensar de verdad, en todas las asignaturas, sin una buena base difícilmente llegarán a medirse con intelectuales de altura (no podrán ni comprenderlos). Pero a veces la obsesión por acabar el temario, un temario que olvidarán, no nos deja dedicarnos a lo importante
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