Hace un año comentaba que los suspensos se han banalizado, algo en lo que me reafirmo: no es grave suspender para los alumnos y alumnos que deberían ir razonablemente bien y que sin duda pasarán de curso acumuluan bastantes "cates" en la primera. Mañana comenzamos clases y esos suspensos son una barrera que superar también para nosotros, a nadie le gusta que sus estudiantes suspendan.
Me parece que debería trabajarse con cada alumno el nivel de exigencia para consigo mismo: si los suspensos son algo corriente porque les caen a todos; justamente el trabajo deberá hacerse en el sentido inverso: no es normal suspender para mí, sin compararme (y por efecto rebote si aumenta ese clima volverán a tener los treses y doses la gravedad que merecen). No es fácil cambiar esa percepción, porque muchas veces no se ve la utilidad de sacar más notas ¿qué más da? excepto en bachillerato donde sí cuenta la media.
Hay una serie de mensajes que creo importantes
- tener la mitad del conocimiento de una materia (el 5) no es saberla, quizá el aprobado no debería estar ahí
- las lagunas se acumulan y en los últimos años sufrirán más (¿qué tal charlas de los mayores?)
- al margen de la nota del profesor, cada uno debe ponerse una nota, hay que fomentar la autoexigencia: no pueden estar conentos rindiendo solo la mitad
- un suspenso tiene un punto de falta de respeto: no han hecho ni lo mínimo, mientras el profesor sí que lo hace, denota pasotismo y dejadez, y más si intervienen factores como la mala conducta
- los cates tienen un motivo que hay que buscar todos juntos y resolverlo, no son algo inevitable que cae del cielo y no siempre poner más horas es la única vía (aunque por supuesto estudiar es imprescindible)
- si muchos suspensos suele ser un signo de alerta para nuestras clases, hay que cambiar cosas para que cambien los resultados y no esperar a las remontadas finales de junio, porque entonces el suspenso sigue ahí, con ese valor provisional y de poca relevancia
- a medida que pasan los cursos, los milagros de última hora se vuelven más complicados, no hay que apurar tanto
La mejor garantía, sin embargo, es la satisfacción de una buena nota, intentemos que también la experimenten para que quieran repetir, seguro que todos pueden "bordar" alguna vez el examen o ejercicio, no todo serán calabazas . .
3 comentarios:
Estoy de acuerdo en las afirmaciones que haces. Junto a ello, creo que es fundamental el "refuerzo positivo": felicitar a un alumno cuando saca buena nota, cuando se esfuerza, cuando va mejorando, especialmente en aquellos a los que más le cuesta. Se les nota la subida de autoestima en la sonrisa, y creo que les da un empuje para continuar en esa línea.
Hay una cosa que me resulta divertida de este tema que no tiene nada que ver con secundaria. Verás, cuando acabé la carrera me dio la sensación de que la mayoría de licenciados la habían ido sacando sin aprender realmente nada.
Me maravillaba que ni se cayeran los puentes ni nada semejante. Je.
En cuanto a los suspensos, la verdad es que a la mayoría de alumnos no les importan un comino. No saben para qué necesitan la ESO pero sí tienen muy claro que les van a ir pasando de curso por la edad estudien o no, así que más o menos cuentan con aprobar de alguna manera, o no, cuando lleguen a cuarto. Tampoco es que lo piensen mucho.
De hecho, antes que intentar mentalizarlos de que aprender es importante, tengo que convencerlos de que, AL MENOS, intenten aprobar. Porque la mayoria, ya te digo, no llega ni a la picaresca de intentar copiarse.
Pasan. Del. Todo.
Silvia, estoy totalmente de acuerdo con el refuerzo positivo como herramienta, siempre que sea personalizado y real y no un simple elogio que elude la crítica.
Efe, lo de copiar creo que da para muchos de tus posts irónicos, por el ingenio y la falta de él para hacerlo
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