Últimamente parece que todo en educación va mal. Los medios se ocupan de juntar datos catastróficos sobre el sistema educativo y el rendimiento de los alumnos, proliferan los foros de debate para poner a parir todo lo que suene vagamente a pedagógico, la sociedad opina que los profesores trabajan poco y que no están preparados, los políticos siguen a la suya con reformas inverosímiles sin entrar en la raíz del problema...
Pero, como dice este post, lo peor es la actitud de queja constante de los propios docentes. Es cierto que hay muchas cosas que no funcionan, en este blog recojo algunas y es cierto que los problemas no paran de crecer, pero también lo es que lo que más afecta al aula es el profesor. Si prepara la clase, se preocupa por innovar, por acercarse a los alumnos, por hacer bien su trabajo a pesar de los inconvenientes del entorno, se podrán mejorar las cosas.
La queja es a menudo una simple excusa para la desidia: como no me dejan trabajar bien, ni lo intento; el que se esfuerza demasiado es una especie de ingenuo iluminado que ya aprenderá lo poco que vale su entusiasmo; total yo me saqué una carrera para enseñar y no para hacer de policía o educador social. Todas estas barbaridades se oyen y se ven en los colegios, sobre todo por pasiva, a la callada, con la cara de fastidio de los profesores, la queja permanente, el poco trabajo.
Si alguien puede cambiar algo en la eduación somos nosotros, ¿quién si no?
2 comentarios:
cómo cambiar esa percepción negativa que cada día se extiende con más fuerza en la sociedad, en los profesores? cómo generar ilusión?
Ojalá tuviera esa receta, rib.... ¿Alguna idea?
Publicar un comentario