Leo una noticia en la que se informa que las carreras con nota de acceso baja tienen más índice de abandono y se tardan más en acabar. Hay otras variables pero me parece importante destacar ésta porque creo que responde a tipologías que ya hemos comentado en otros posts: los mejores estudiantes escogen determinadas carreras, que son de prestigio, mientras que otras se quedan para el resto, que no ve tanto incentivo para esforzarse en bachillerato y hacer una buena selectividad ni están tan presionados mientras estudian en la universidad. Desgraciadamente los estudios que conducen a la docencia en secundaria suelen estar en este segundo grupo, carreras vocacionales y con "pocas salidas" o bien pedagogía, de poca dificultad.
-¿Creéis que habría que elevar la selección a esas carreras por otros métodos, ya que la demanda no sube la nota de corte?
- ¿Cómo se podría subir el nivel de exigencia interno?
Personalmente apuesto por subir el nivel una vez en la carrera, pero haría falta cambiar mucho la cultura de las universidades, los mitos que rodean a esos estudios y quizá se multiplicaría aún más el abandono. Pero las consecuencias de esos títulos semi-regalados las vemos cada día en el trabajo y además contribuyen a crear la imagen de carreras inútiles o de poca categoría, con lo que menos estudiantes las escogen y se perpetúa el círculo vicioso
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
sábado, 31 de octubre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
Aniversario de Astérix
Sólo quiero hacerme eco del 50º aniversario de Astérix, que recogen varios blogs. Siempre me ha encantado ese cómic, tiene un humor fino y creo que ha acercado la historia a muchas personas (todos sabemos quiénes son los galos y los druidas, por ejemplo). Es además un cómic traducido a multitud de lenguas, incluyendo el latín, y tiene versiones cinematográficas dignas de recuerdo. ¡Felicidades a todos los de la aldea!
miércoles, 21 de octubre de 2009
Trabajando ¿en equipo?
Cada vez se hacen más trabajos en grupo, lo cual no significa que se sepa trabajar en equipo. Los alumnos se reparten la tarea y luego la juntan sin orden, o pierden el tiempo cuando quedan con otras cosas y después uno acaba llevando el peso (el que saca mejores notas) o se enfada con los demás porque no hacen nada. Algunos son pasivos y aceptan lo que impongan los demás aunque no estén de acuerdo y en general hay poco compromiso con el resultado final (ayuda el hecho de dejarlo para el último momento).
Puede ser buena idea usar el modelo de las webquests y repartir roles, de manera que una misma tarea se elabore desde diferentes puntos de vista. Otra posibilidad es que adjunten al trabajo una explicación sobre cómo se han organizado, de modo que se ayude a la reflexión (la competencia de aprender a aprender) y se pueda comentar posteriormente en clase sugiriendo alternativas. También es útil dejar tiempo en el aula para hacer trabajo, observar cómo funcionan y ayudarles a organizarse, por ejemplo ajustando el calendario para que no tengan que correr al final o hacerles ver la necesidad de que el redactado tenga un estilo homogéneo). Por último, me parece necesario cambiar los criterios de agrupación, que no escojan siempre ellos y terminen juntándose los amigos, con roles ya marcados que afectan al trabajo, sino ir alternando los criterios y quién forma los grupos. Trabajar en equipo es algo que deben aprender, y por tanto debemos pensar en cómo enseñar (o guiarles para que lo descubran) pues es algo que sin duda necesitarán tanto en la universidad como en la empresa.
Puede ser buena idea usar el modelo de las webquests y repartir roles, de manera que una misma tarea se elabore desde diferentes puntos de vista. Otra posibilidad es que adjunten al trabajo una explicación sobre cómo se han organizado, de modo que se ayude a la reflexión (la competencia de aprender a aprender) y se pueda comentar posteriormente en clase sugiriendo alternativas. También es útil dejar tiempo en el aula para hacer trabajo, observar cómo funcionan y ayudarles a organizarse, por ejemplo ajustando el calendario para que no tengan que correr al final o hacerles ver la necesidad de que el redactado tenga un estilo homogéneo). Por último, me parece necesario cambiar los criterios de agrupación, que no escojan siempre ellos y terminen juntándose los amigos, con roles ya marcados que afectan al trabajo, sino ir alternando los criterios y quién forma los grupos. Trabajar en equipo es algo que deben aprender, y por tanto debemos pensar en cómo enseñar (o guiarles para que lo descubran) pues es algo que sin duda necesitarán tanto en la universidad como en la empresa.
jueves, 15 de octubre de 2009
El horario de clases
Ahora que parece que es seguro que "cambia" el calendario escolar (como si una semana marcase alguna diferencia), surgen reflexiones interesantes sobre horarios de clases. Más allá de reclamar obviedades a los que montan los horarios (no poner siempre una asignatura a la misma hora, que no sea sólo lunes y viernes una materia porque perderá muchos días por puentes...), creo que es interesante pensar sobre los horarios actuales, donde se destina siempre el mismo tiempo a cada materia cada semana. Estos horarios no invitan a la coordinación (es difícil juntar horas si no están seguidas para hacer cosas con dos profesores o áreas), no respetan las diferentes dinámicas de una unidad (es horrible tener que partir una actividad en varias clases cuando lo ideal sería hacerlo en una, como las películas o debates) y hacen difícil moverse entre aulas (por ejemplo hay que pedir con tiempo el aula de iinformática o reservarla fija si hay pocos ordenadores y planeas usar las TIC a menudo).
Surgen experiencias que como mínimo es interesante conocer, desgraciadamente de momento todas desde el sector privado. Conozco un centro donde el horario cambia cada semana y el equilibrio entre áreas se hace mensual (los alumnos miran cada día en un gran plafón qué les toca y las sesiones van desde 45 minutos a 2 horas); otro centro apuesta por aumentar la optatividad en forma de seminarios de una tarde completa que complementa las asignaturas tradicionales y muchos de ellos se realizan fuera del aula; en otro que descubro gracias a Competents calculan los tipos de clase para que estén equilibrados y favorecen el trabajo por proyectos; en otro la mayor parte del horario se basa en tareas grupales y sólo hay unas cuantas clases de apoyo tradicionales, además los proyectos y por tanto el horario cambian cada trimestre. No más.
Creo que deberíamos tener más horas flexibles en el horario, aunque no acabemos en un cambio total como estos modelos. ¿Cuál es vuestra experiencia al respecto?
Surgen experiencias que como mínimo es interesante conocer, desgraciadamente de momento todas desde el sector privado. Conozco un centro donde el horario cambia cada semana y el equilibrio entre áreas se hace mensual (los alumnos miran cada día en un gran plafón qué les toca y las sesiones van desde 45 minutos a 2 horas); otro centro apuesta por aumentar la optatividad en forma de seminarios de una tarde completa que complementa las asignaturas tradicionales y muchos de ellos se realizan fuera del aula; en otro que descubro gracias a Competents calculan los tipos de clase para que estén equilibrados y favorecen el trabajo por proyectos; en otro la mayor parte del horario se basa en tareas grupales y sólo hay unas cuantas clases de apoyo tradicionales, además los proyectos y por tanto el horario cambian cada trimestre. No más.
Creo que deberíamos tener más horas flexibles en el horario, aunque no acabemos en un cambio total como estos modelos. ¿Cuál es vuestra experiencia al respecto?
jueves, 8 de octubre de 2009
¿Un bachillerato de tres años?
Recupero un tema ya comentado, porque el PSOE anuncia que está dispuesto a incluir el bachillerato de tres años en el pacto educativo, como reclama el PP. Es una petición que acumula tiempo y firmas pero que no es tan inocente como parece. Me explico: apoyo sin reservas un bachillerato de tres años que nos iguale al resto de Europa, que dé tiempo a los alumnos a adquirir los conocimientos necesarios, que mejore el nivel de entrada en la universidad. Hasta aquí todo genial. ¿Pero por dónde se alarga el bachillerato?
No aparece en ningún lugar la posibilidad lógica de aumentar un año la escolaridad, con el gasto que supondría, por lo que entonces cabe suponer que plantean reducir la ESO un año para dárselo al bachillerato, en un modelo de 3+3 en vez de uno de 4+2. Y aquí saltan las alarmas. No está claro cómo se articularía, dependería de decretos, como pasa con la LEC, de la que aún poco sabemos de nuestras dudas.
Un alumno a los 15 años termina la ESO...
- ¿significa que puede dejar la escuela?
- si no desea ir a bachillerato ni ciclos formativos, ¿empezará uno de los PCPI por la puerta falsa como se ha planteado actualmente?
- ¿habrá una especie de itinerario encubierto para esos alumnos?
- ¿comenzará el bachillerato sin estar convencido para aumentar aún más el abandono de esa etapa?
- ¿irá a FP de grado medio, la eterna pendiente por prestigiar, volviendo a una FP1 con todos sus problemas?
- ¿se dejará perder como tantos absentistas que esperan cumplir los 16?
-¿comenzará a prepararse para el mundo laboral, perdiendo un año de formación básica?
-¿se quedará en diversificación, aún más distorsionada entonces como un camino paralelo?
-¿tendrá el graduado, un título entonces con menor valor y más triquiñuelas (ya sabemos lo que ocurre ahora en 4º?
-¿está más preparado para el cambio de etapa que supone el bachillerato que a los 16, incluyendo elegir una vía profesional etc.?
No sé, parece como si se estuviera volviendo a la separación de los 14 poco a poco, primero ponemos los PCPI a los 15 como algo "excepcional", ahora proponen que sea algo generalizado, con lo que imagino que lo "excepcional" se trasladará a los 14 y así se va bajando... Una magnífica noticia, como es alargar el bachillerato, me llena de dudas por la forma de anunciarla, ¿qué pensáis vosotros?
No aparece en ningún lugar la posibilidad lógica de aumentar un año la escolaridad, con el gasto que supondría, por lo que entonces cabe suponer que plantean reducir la ESO un año para dárselo al bachillerato, en un modelo de 3+3 en vez de uno de 4+2. Y aquí saltan las alarmas. No está claro cómo se articularía, dependería de decretos, como pasa con la LEC, de la que aún poco sabemos de nuestras dudas.
Un alumno a los 15 años termina la ESO...
- ¿significa que puede dejar la escuela?
- si no desea ir a bachillerato ni ciclos formativos, ¿empezará uno de los PCPI por la puerta falsa como se ha planteado actualmente?
- ¿habrá una especie de itinerario encubierto para esos alumnos?
- ¿comenzará el bachillerato sin estar convencido para aumentar aún más el abandono de esa etapa?
- ¿irá a FP de grado medio, la eterna pendiente por prestigiar, volviendo a una FP1 con todos sus problemas?
- ¿se dejará perder como tantos absentistas que esperan cumplir los 16?
-¿comenzará a prepararse para el mundo laboral, perdiendo un año de formación básica?
-¿se quedará en diversificación, aún más distorsionada entonces como un camino paralelo?
-¿tendrá el graduado, un título entonces con menor valor y más triquiñuelas (ya sabemos lo que ocurre ahora en 4º?
-¿está más preparado para el cambio de etapa que supone el bachillerato que a los 16, incluyendo elegir una vía profesional etc.?
No sé, parece como si se estuviera volviendo a la separación de los 14 poco a poco, primero ponemos los PCPI a los 15 como algo "excepcional", ahora proponen que sea algo generalizado, con lo que imagino que lo "excepcional" se trasladará a los 14 y así se va bajando... Una magnífica noticia, como es alargar el bachillerato, me llena de dudas por la forma de anunciarla, ¿qué pensáis vosotros?
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