La obsesión del gobierno en educación es quedar bien en PISA pero sin embargo ignora deliberadamente los consejos que vienen de Europa al respecto (y la OCDE no es precisamente una organización anti-postulados del gobierno actual).
1) Europa avisa: repetir es caro e inútil. Los alumnos que repiten no obtienen mejores notas, abandonan antes el sistema educativo y suponen un coste añadido para todo el sistema. ¿Qué propone la LOMCE? Más repeticiones, y ligadas a un solo examen y no ya decisiones de junta
2) Según PISA, los peores lectores mejoran al tener más clases con alumnos de diferentes niveles para tener modelos positivos. Sin embargo ¿qué sugieren nuestros políticos? Separar cuanto antes a los alumnos por "talentos" e "intereses" (sic)
3) Los mejores sistemas del mundo son los que tienen un profesorado bien formado. ¿Qué se hace aquí? Recortar los servicios de formación y cursillos varios, permitir que se impartan cursos on-line de cero utilidad por parte de sindicatos, negarse a subir la nota o criterios de acceso a magisterio, eliminar en los planes de maestros créditos de asignaturas troncales y tener un máster de secundaria que da pena
Pero queremos ser europeos, salir en la foto como buenos alumnos. Pues así no....
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 20 de septiembre de 2012
Cambios en las asignaturas
La LOMCE sigue su curso, a hurtadillas entre el estrépito de los recortes. El Ministerio publica un documento-borrador en algunos medios de comunicación (no en su página oficial) donde profundiza los aspectos que ya detallara en la presentación de verano. En esta ocasión quiero hablar de los cambios en las asignaturas, que dejarán a profesores en paro y cambiarán muchas cosas en los centros. Además no cumplen sus objetivos de reducir el número de materias o tender a proyectos más globalizadores (aparte del número aleatorio y no progresivo en cada curso). Vayamos por partes.
Las ciencias se dividen, respondiendo a un debate latente, de manera que en primaria las naturales se vuelven a separar de las sociales (lo considero un grave error, teniendo en cuenta las edades que hablamos y la percepción global del entorno que deberían tener) y en secundaria se divide la física-química de la biología-geología, en cursos diferentes (y en los dos últimos ambas si se opta por ciencias). Quedan pues, reforzadas en líneas generales.
Peor surte corren las artes. La música no se toca en la ESO, pero queda diluida en "artísticas" en primaria y se aborta de manera definitva el bachillerato musical. La plástica reduce horas en secundaria, pues solamente será obligatoria en un curso y optativa en los demás Se reducen las materias en el bachillerato artístico, de modo que algo tan fundamental como la cultura audiovisual pasa a ser optativa y no se atiende la demanda de los profesores de ampliar historia del arte a dos cursos para poder dar todo el temario.
La tecnología pierde muchísmo peso: solamente será obligatoria en primero, en tercero es una de las dos vías propuestas (pero junto a diseño) y lo más increíble es que desaparece del bachillerato destinado a las ingenierías. Eso sí, se sacan de la manga una nueva materia, TIC (¿no habíamos quedado que con la competencia digital se daba en todas las áreas?), que absorbe en algunos cursos parte del temario pero que tiende a la FP y no a estudios superiores, algo francamente increíble.
Otros cambios de calado: el griego ya no es materia obligada o de modalidad en la rama de humanidades, queda solo como optativa, al tiempo que desaparece la oferta de cultura clásica obligatoria en secundaria. Se reduce el peso de las literaturas en el bachillerato de letras, pues solamente está presente la universal (podía haber hasta 3 materias ahora) en un curso. Matemáticas pasa a tener dos vías desde 3º ESO, anticipando las dos materias de bachillerato y aumenta su peso en la FP.
Y esto sin ver la propuesta de distribución de horas, que ya se ha dicho que privilegiará a las matemáticas y la lengua (que además vuelven como módulos básicos a los ciclos formativos).
Las ciencias se dividen, respondiendo a un debate latente, de manera que en primaria las naturales se vuelven a separar de las sociales (lo considero un grave error, teniendo en cuenta las edades que hablamos y la percepción global del entorno que deberían tener) y en secundaria se divide la física-química de la biología-geología, en cursos diferentes (y en los dos últimos ambas si se opta por ciencias). Quedan pues, reforzadas en líneas generales.
Peor surte corren las artes. La música no se toca en la ESO, pero queda diluida en "artísticas" en primaria y se aborta de manera definitva el bachillerato musical. La plástica reduce horas en secundaria, pues solamente será obligatoria en un curso y optativa en los demás Se reducen las materias en el bachillerato artístico, de modo que algo tan fundamental como la cultura audiovisual pasa a ser optativa y no se atiende la demanda de los profesores de ampliar historia del arte a dos cursos para poder dar todo el temario.
La tecnología pierde muchísmo peso: solamente será obligatoria en primero, en tercero es una de las dos vías propuestas (pero junto a diseño) y lo más increíble es que desaparece del bachillerato destinado a las ingenierías. Eso sí, se sacan de la manga una nueva materia, TIC (¿no habíamos quedado que con la competencia digital se daba en todas las áreas?), que absorbe en algunos cursos parte del temario pero que tiende a la FP y no a estudios superiores, algo francamente increíble.
Otros cambios de calado: el griego ya no es materia obligada o de modalidad en la rama de humanidades, queda solo como optativa, al tiempo que desaparece la oferta de cultura clásica obligatoria en secundaria. Se reduce el peso de las literaturas en el bachillerato de letras, pues solamente está presente la universal (podía haber hasta 3 materias ahora) en un curso. Matemáticas pasa a tener dos vías desde 3º ESO, anticipando las dos materias de bachillerato y aumenta su peso en la FP.
Y esto sin ver la propuesta de distribución de horas, que ya se ha dicho que privilegiará a las matemáticas y la lengua (que además vuelven como módulos básicos a los ciclos formativos).
domingo, 16 de septiembre de 2012
Elegir especialidades docentes
El sistema permite que cualquier licenciado se saque una oposición que no sea de sus estudios porque se supone que acredita la competencia pasando los exámenes correspondientes. En la bolsa de interinos, en cambio, se exige tener un título X. Y en los centros se puede acabar dando clase de cualquier "afín", es decir, lo que sea, presuntamente alegando dominio para hacerlo pero en la práctica dependiendo de miles azares horarios.
Debería por tanto haber un criterio para poder escoger y asignar especialidades docentes común a todos los suspuestos y escuelas. Está claro que no puede ser únicamente el título, ya que uno se puede (y debe) formar posteriormente en otros campos y porque la equivalencia entre grados universitarios y materias escolares no es exacta, aparte de que si se busca la necesaria relación entre contenidos que clama la LOE, deberia optarse por un concepto más laxo. Tampoco puede ser la mera voluntad del profesor, ya que el sistema tiene que asegurar que los alumnos recibirán una mínima calidad, por ello no puede ser que dependa, como ahora, de asignaciones de jefes de estudios y aceptaciones más o menos resignadas de maestros que tienen un horario no completo. Y evidentemente no puede obligarse a nadie a impartir una asignatura contra su voluntad, pues ya faltaría la motivación mínima que hay que contagiar a los alumnos.
Creo que tendrían que establecerse pruebas o mecanismos de acreditación de carácter independiente y complementario a las oposiciones para que cada profesor pudiera escoger qué especialidades docentes quiere impartir, un sistema flexible y ampliable, con convocatorias periódicas (que afectarían también a los centros concertados) de manera que se pueda cambiar fácilmente de línea y no quemarse pero siempre asegurando unos mínimos de rigor y no con el dedismo actual, que hace que profesores agobiados deban prepararse una materia que no es la suya y que no controlan para salvar los despropósitos de los recortes.
Debería por tanto haber un criterio para poder escoger y asignar especialidades docentes común a todos los suspuestos y escuelas. Está claro que no puede ser únicamente el título, ya que uno se puede (y debe) formar posteriormente en otros campos y porque la equivalencia entre grados universitarios y materias escolares no es exacta, aparte de que si se busca la necesaria relación entre contenidos que clama la LOE, deberia optarse por un concepto más laxo. Tampoco puede ser la mera voluntad del profesor, ya que el sistema tiene que asegurar que los alumnos recibirán una mínima calidad, por ello no puede ser que dependa, como ahora, de asignaciones de jefes de estudios y aceptaciones más o menos resignadas de maestros que tienen un horario no completo. Y evidentemente no puede obligarse a nadie a impartir una asignatura contra su voluntad, pues ya faltaría la motivación mínima que hay que contagiar a los alumnos.
Creo que tendrían que establecerse pruebas o mecanismos de acreditación de carácter independiente y complementario a las oposiciones para que cada profesor pudiera escoger qué especialidades docentes quiere impartir, un sistema flexible y ampliable, con convocatorias periódicas (que afectarían también a los centros concertados) de manera que se pueda cambiar fácilmente de línea y no quemarse pero siempre asegurando unos mínimos de rigor y no con el dedismo actual, que hace que profesores agobiados deban prepararse una materia que no es la suya y que no controlan para salvar los despropósitos de los recortes.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Los inútiles exámenes de septiembre
Los exámenes de septiembre en secundaria no resuelven ningún problema. Se vendieron como una oportunidad extra para aprobar pero en la realidad no ha sido así (como no lo era hace diez años, claro). Salvo algunas excepciones, los alumnos han estudiado poco, los últimos días, y encima han olvidado mucho así que el supuesto tiempo extra no ha sido tal. Además no entiendo que se pueda evaluar con un examen todo un curso después de estar tantas reuniones con la evaluación continua y las competencias, y un examen que les damos después de no verlos en dos meses y pico (y en algunos casos, con profesores nuevos que ni les conocen, dado el caos de las plazas perdidas). Las rebajas y regateos de la junta se han atrasado y las promociones se hacen muchas veces mirando las matrículas para saber cuántas se puede aprobar a tal o cual, como dicen los rumores de varios centros. Por supuesto la evaluación extraordinaria implica más papeleo. Y todo eso retrasando el inicio de curso, que podría ser un poco antes si no estuviéramos dedicados a estos menesteres.
La solución a los suspensos no es hacer más exámenes ni cambiarlos de fecha sino trabajar durante el año, cualquier otro mensaje es equívoco (e injusto para los que sí han estado haciendo codos ocho meses y no unas pocas semanas). Tienen demasiados exámenes, que intentan condensar toda la materia de tres evaluaciones en una, algo aberrante. Los padres no se han implicado más que durante el curso, si acaso ha habido broncas de final de vacaciones y más profesores particulares. Las cifras de repetidores no han variado mucho y solamente los que tenían pocos suspensos han hecho buenos exámenes, esos mismos que los habrían hecho a finales de junio o en julio. ¿Ahora tocarán seis o siete años de pruebas de septiembre antes de probar otra cosa?
La solución a los suspensos no es hacer más exámenes ni cambiarlos de fecha sino trabajar durante el año, cualquier otro mensaje es equívoco (e injusto para los que sí han estado haciendo codos ocho meses y no unas pocas semanas). Tienen demasiados exámenes, que intentan condensar toda la materia de tres evaluaciones en una, algo aberrante. Los padres no se han implicado más que durante el curso, si acaso ha habido broncas de final de vacaciones y más profesores particulares. Las cifras de repetidores no han variado mucho y solamente los que tenían pocos suspensos han hecho buenos exámenes, esos mismos que los habrían hecho a finales de junio o en julio. ¿Ahora tocarán seis o siete años de pruebas de septiembre antes de probar otra cosa?
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