domingo, 16 de octubre de 2011

¿Juntas o separadas?

Hay materias globalizadoras sobre las que existe la duda de si es mejor impartirlas por bloques. Me refiero a las de ciencias, a la separación entre lengua y literatura o a las sociales. Cambiar su configuración actual afectaría al cómputo global de horas y a la distribución de optativas. Vaya por delante mi opinión que la mejor opción es partir de proyectos que superen la división entre áreas y que se complementen con horas de contenidos básicos, o bien se opte por un horario cambiante y flexible. Deberían además adecuarse los temas paa no repetir o darlos de manera lógica para que una materi complemente a la otra.

Pero todo esto es un ideal. Si analizamos la realidad de los centros, ¿es mejor que estas asignaturas se den juntas o separadas? Creo que la que tiene más sentido de seguir junta es lengua y literatura, porque de esa manera no se dan clases solamente de análisis gramatical descontextualizado. Eso sí, debería introducirse entonces más literatura universal, que queda coja.

Las sociales podrían dividirse en dos, geografía e historia y darse en cursos alternos porque en la actualidad se tiende a dar trimestres de una cosa y otro de la otra parte que siempre se ve perjudicada (como la historia de 1 ESO). Igualmente pienso que las ciencias deben dividirse en ramas, al menos a partir de segundo ciclo, como ya se apunta en los decretos y se hace en 4 de ESO. Habría que revisar los temarios de biología, física, química y tecnología para dar más coherencia al conjunto. Unas buenas ciencias de base permitirían hacer desaparecer CMC de bachillerato y recuperar esas horas para otras asiganaturas.

¿Creéis que es mejor dividir o juntar estas áreas? ¿Hay alguna otra que se podría agrupar o separar?

sábado, 8 de octubre de 2011

Transiciones fallidas

Se alerta en Repaso de lengua del despropósito de tener a alumnos sin posibilidades calentando sillas. En este blog, una de las entradas más visitadas es la que reflexiona sobre el paso de primaria a secundaria. Las cifras de fracaso son también concluyentes: uno de los problemas del sistema educativo actual es la existencia de bloques-etapas demasiado aislados con transiciones mal resueltas hacia el siguiente. Esas transiciones provocan que se vayan perdiendo alumnos por el camino.

De primaria a secundaria cambia el nivel de exigencia, los profesores de materia en vez del tutor global y concepciones de fondo que hacen que se evidencien las carencias de los alumnos, que pasan por la primaria sin adquirir los conocimientos necesarios y luego se estrellan en la ESO donde de repente empiezan a suspender. A mi juicio esto sucede por el error de pasar sin más a alumnos "porque ya se lo encontrarán en secundaria" o "porque son pequeños", por querer adelantar temarios sin asegurar las bases y por no prevenir. Es el auténtico cuello de botella que separa a los alumnos entre los que graduarán y los que fracasarán.

En la ESO se produce una nueva transición inadecuada, unos alumnos la terminarán en sus clases de origen con un título y otros serán derivados a programas extraños, con buenas intenciones pero escasa integración real.

Después de la ESO viene el drama: un mundo laboral precario, una FP de grado medio devaluada o, para los que quieran seguir estudiando en sus institutos, un bachillerato. 1º de Bachillerato supone un nuevo tortazo (por eso acumula tantos abandonos), de nuevo por un cambio en la concepción de las materia sy un aumento del nivel de exigencia que hace que los que han ido pasando con apuros o sprints finales en secundaria se estrellen con multitud de suspensos al cambiar de etapa.

Desde luego otro gran cambio mal resuelto es la entrada en la universidad: los primeros cursos suponen un filtro de adaptación con cursos cero, criterios de permanencia, nuevas realidades metodológicas...

Aparte existen otras dos pésimas transiciones que ya he comentado en otras ocasiones: las de los inmigrantes desde las aulas de acogida al sistema ordinario (un salto demasiado brusco) y las que existen entre centros de educación especial y la reglada ordinaria en los estudiantes que optan por una modalidad compartida.

Así pues el sistema está profundamente desajustado, las transiciones entre etapas no se hacen bien porque no se prepara al alumno para el salto y porque existe un excesivo relajo en la exigencia. Si no se solucionan estos traspasos, a mi juicio es imposible mejorar la calidad educativa