Cada vez es más facil seguir el proceso de aprendizaje de un alumno. Tenemos herramientas para mostrar sus productos y calibrar el avance (portafolios, webs...), tenemos instrumentos de evaluación (wikis, rúbricas, acceso a los recursos de su PLE....), tenemos instrucciones desde arriba (competencias, currículum abierto...) y tenemos el convencimiento de que es más importante analizar cómo se aprende que el resultado final, que es solamente una nota.
Sin embargo sigue primando el boletín de comentario escueto y número, el examen de respuesta correcta o incorrecta, el profesor que corrige solamente al final del ejercicio. La cultura de evaluar el proceso aún no ha arraigado de forma suficiente en unas aulas excesivamente dependientes del libro de texto y la lección única, del concepto por encima de la tarea.
Sin duda esta evaluación por el camino es más costosa, tiene componentes subjetivos (¿cuál no?) y además si se perpetúa en la red puede atentar contra el derecho a desaparecer, al cambio. Pero es preferible a la otra. Llevamos años hablando de evaluación formativa y continua, sin que se haya implantado plenamente en clase. Uno de mis propósitos de este curso es incidir en esta evaluación procesual, a ver cómo resulta.
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
sábado, 24 de septiembre de 2011
domingo, 18 de septiembre de 2011
Un sistema, dos velocidades
El último informe de la OCDE repite datos que ya todos sabíamos, aparte de destacar que hay países donde hacen más horas de clase, cifra para intentar calmar los ánimos en el panorama revuelto de las comunidades que protestan con toda razón por el desprecio a que someten sus jefes a todo el cuerpo docente.
Explica, por ejemplo, que en España hay un sistema educativo de dos velocidades: tenemos más universitarios que otros países desarrollados pero fallamos en educación básica, de modo que hay muchos alumnos sin la ESO, FP o Bachillerato, es decir, sin oportunidades de inserción con garantías. O sobretitulados o semianalfabetos, vaya panorama (aunque no se habla en el informe de la calidad de esos títulos universitarios).
Las vías para solucionar el fracaso escolar están más que estudiadas, solamente hace falta voluntad para aplicarlas, empezando por no destrozar los claustros, aumentar las ratios o colocar afines a diestro y siniestro. De nuevo aparece como evidente que hay que fomentar la formación profesional de grado medio (no con los títulos mediocres de ahora), impedir que 1ºBachillerato sea el curso con más abandono, favorecer que los estudiantes obtengan el graduado y no dejen los estudios... Europa una vez más repite las recetas que los responsables educativos del país ignoran.
Por el contrario, favorecen la doble velocidad: público vs. privado o concertado (con diferencia abismal de medios y alumnado), reducción de profesores vs. fomento de refuerzos y planes de empresas de apoyo, bachillerato de excelencia vs eliminación de "bachilleratos no rentables" por tener pocos alumnos o reducción del nocturno, más itinerarios en la ESO vs. grupos bilingües....
Explica, por ejemplo, que en España hay un sistema educativo de dos velocidades: tenemos más universitarios que otros países desarrollados pero fallamos en educación básica, de modo que hay muchos alumnos sin la ESO, FP o Bachillerato, es decir, sin oportunidades de inserción con garantías. O sobretitulados o semianalfabetos, vaya panorama (aunque no se habla en el informe de la calidad de esos títulos universitarios).
Las vías para solucionar el fracaso escolar están más que estudiadas, solamente hace falta voluntad para aplicarlas, empezando por no destrozar los claustros, aumentar las ratios o colocar afines a diestro y siniestro. De nuevo aparece como evidente que hay que fomentar la formación profesional de grado medio (no con los títulos mediocres de ahora), impedir que 1ºBachillerato sea el curso con más abandono, favorecer que los estudiantes obtengan el graduado y no dejen los estudios... Europa una vez más repite las recetas que los responsables educativos del país ignoran.
Por el contrario, favorecen la doble velocidad: público vs. privado o concertado (con diferencia abismal de medios y alumnado), reducción de profesores vs. fomento de refuerzos y planes de empresas de apoyo, bachillerato de excelencia vs eliminación de "bachilleratos no rentables" por tener pocos alumnos o reducción del nocturno, más itinerarios en la ESO vs. grupos bilingües....
domingo, 11 de septiembre de 2011
Empieza el curso
El curso empieza con salvajes recortes y campañas de desprestigio del profesorado (pasamos de ser unos jetas con muchas vacaciones a ser víctimas de adolescentes terroristas, luego nuevamente vagos que trabajan poco y ahora con la que está cayendo idealistas dignos de lástima). Empieza también con intentos de aumentar itinerarios (propuestas de Cospedal, grupos lingüísticos, adelantar un 4 de ESO orientador, disminución de los recursos de atención a la diversidad, bachillerato de excelencia....) que segregan y con nuevos planes de nombres rimbombantes que no llegan a todos los centros y de dudosa eficacia. Empieza con menos formación para el profesorado, menos plantillas y obras paralizadas (por lo que seguiremos en barracones). Empieza con un contexto de crisis que incrementa todavía más nuestras atribuciones y el número de alumnos a los que debemos atender. Empieza con los claustros caldeados, con la negativa a asumir extras aunque beneficien a los estudiantes, con proyectos que penden de un hilo.
Sí, pero el curso también empieza con esos recursos que hemos encontrado en verano, con esos ánimos de otros compañeros en la red, con esas ideas y certezas que acumulamos del pasado y ganas de probar cosas nuevas. Empieza con los nervios de conocer a alumnos nuevos de caras expectantes y los retos que nos plantearán. Empieza con unos profesores que sabemos lo que nos gusta y tratamos de hacerlo lo mejor posible. Así que me gustaría llamar al optimismo (sin dejar la lucha)... porque al fin y al cabo ¡empieza el curso!
Sí, pero el curso también empieza con esos recursos que hemos encontrado en verano, con esos ánimos de otros compañeros en la red, con esas ideas y certezas que acumulamos del pasado y ganas de probar cosas nuevas. Empieza con los nervios de conocer a alumnos nuevos de caras expectantes y los retos que nos plantearán. Empieza con unos profesores que sabemos lo que nos gusta y tratamos de hacerlo lo mejor posible. Así que me gustaría llamar al optimismo (sin dejar la lucha)... porque al fin y al cabo ¡empieza el curso!
lunes, 5 de septiembre de 2011
La polémica lingüística: cortina de humo
Ahora intentan enturbiar aún más el inicio de curso con la sentencia que cuestiona la inmersión lingüística (modelo alabado por la UE y por expertos internacionales). Más política y cortinas de humo (la queja viene de 3 familias solamente) en vez de centrarse en el fracaso escolar y el escaso dominio de la competencia lingüística general, sea en el idioma que sea. Derechos, banderas, pactos y sensacionalismo pero por supuesto nadie piensa ni en los niños ni en la formación del país. Catalunya cuestionada, el decreto de Valencia paralizado, el modelo "trilingüe" de Galicia y País Vasco dividiendo a los docentes, se usa en Madrid el bilingüismo para segregar... Y mientras pasa desapercibido todo el movimiento de protesta contra los recortes, las auténticas carencias del sistema, el aumento de ratios, etc. Por supuesto todos afirman que lo hacen para mejorar la calidad educativa o por el conocimiento de idiomas. La desvergüenza de los políticos no tiene límites. Animo a todos los profesores a ignorar directamente esta polémica y seguir intentando dar clase en las mejores condiciones posibles, a pesar del entorno y de la administración que quieren quemar a los profesionales y desviar la atención de la realidad.
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