viernes, 24 de diciembre de 2010

Año educativo

Bueno, ya estamos de vacaciones, al menos de docencia. Es el momento de hacer un balance, aunque nosotros lo hagamos normalmente cuando acaba el curso. En Google ven así el año, ¿y en educación? Creo que lo que más ha marcado las aulas, al menos aquí, ha sido la implantación, desastrosa, del 1x1. Las quejas por los ordenadores que no funcionan, los pésimos libros digitales, las polémicas sobre el concepto, la falta de respuestas del departament han marcado la tónica, que se ha suplido con fotocopias y buena voluntad en muchos centros.

En segundo lugar destacaría la introducción de la nueva selectividad, también caótica: agravios con la FP, inseguridad en las ponderaciones hasta última hora, notas de corte disparadas, carreras nuevas mal difundidas, cambios extraños de bachillerato sugeridos y temarios que no dejan de aumentar, especialmente en lenguas.

Por último creo que marcará el 2010 educativo el desencuentro constante entre el departament y sus trabajadores, con cruces de cartas y amenazas surrealistas, huelgas y peticiones firmadas por doquier.

En positivo, el tímido aumento de las competencias en las aulas, el mayor número de recursos en la red disponibles que van convenciendo a tecnófobos diversos y la profesionalidad de la mayoría de profesores, a pesar de todo.

¿Qué destacaríais vosotros de este 2010? ¿Qué pensáis que marcará el 2011?

sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Educar en casa?

Ha salido una sentencia que prohíbe a los padres educar a sus hijos en casa, homeschooling, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde un grupo creciente de familias opta por no llevar a sus hijos al sistema escolar reglado, básicamente por motivos religiosos; algunos, los que aquí también optan por la educación al margen de la escuela, porque denuncian que la escuela es una fábrica que no ayuda a estimular la creatividad o virtudes de los niños, y abogan por un modelo cercano a la escuela libre.

Seguro que esos padres están mucho más concienciados que la media y harían un gran trabajo pero me alegro de que se vete esa opción, los riesgos me parecen mayores que los posibles beneficios. ¿Por qué creo que incluso una mala escuela es mejor que una no-escuela?

- Me parece importante el contraste de puntos de vista; aunque debe optarse por un centro escolar en la línea ideológica de la familia, siempre habrá matices que enriquecerán la visión del mundo del estudiante; en la escuela verá muchos profesores con dfierentes maneres de pensar, igual que en la sociedad

- La socialización no es la misma porque realizar actividades formativas (y no solamente lúdicas) crea unos vínculos importantes

-Debe haber un mínimo de conocimientos compartidos como garantía de unidad social, aunque luego cada persona amplíe por su cuenta o incluso los rechace

-Todavía necesitamos acreditaciones y profesionales: los padres no pueden dominar todas las materias al mismo nivel que los expertos ni siempre dominan la manera de transmitirlos (es cierto que muchos profesores tampoco, pero ése es otro debate)


¿Qué pensáis vosotros? ¿Es una buena decisión esta sentencia?

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Y seguimos con lo mismo

Nuevo informe PISA, nuevas alarmas, de hecho nada nuevo, seguimos exactamente con lo mismo. El informe denuncia que la repetición perjudica al país, algo de lo que ya he hablado en varias ocasiones como una medida que favorece el abandono, no mejora los resultados y aumenta la indisciplina. También evidencia que sigue fallando la enseñanza de la lectura, algo que también hemos ido debatiendo, y que no mejora por muchos exámenes que pongamos si no les ayudamos a entender y estudiar. Tampoco sirven las soluciones de siempre: itinerarios, selección, presunta exigencia camuflada de memorismo.

PISA, de nuevo, evidencia que necesitamos un cambio en el sistema, pero nosotros seguimos con lo mismo. Las páginas de costumbre dirán que es culpa de la ley y sus derivados, otros atacarán al respeto perdido (¿cuándo se tuvo? porque la crítica ya viene de antes de Cristo), algunos dirán que ya no se premia el esfuerzo. Y mientras PISA insiste: podemos mejorar décimas, podemos debatir puestos y rankings, pero seguimos con lo mismo.

Ojalá en la próxima entrega no pueda referirme a entradas anteriores porque la situación haya cambiado pero me temo que no será así.