domingo, 22 de abril de 2012

Consecuencias del aumento de alumnos

Nuetsro ministro, en su deswergüenza, afirma que el aumento de ratios, es decir el número de alumnos por aula, no perjudica la calidad educativa. Sin más. Hay otros que no estamos de acuerdo, las consecuencias se citan en este artículo (faltaría sumar el enfado monumental de los profesores que vemos cada día empeorar nuestras condiciones sin nada a cambio). En mi situación actual pasar a 36 alumnos clase implicaría
- tener que conocer a 252 adolescentes: cómo trabajan, qué les va bien, cuáles son sus problemas... Todo ello viéndolos a muchos solamente dos horas por semana
- conocer a 36 familias y ayudarlas en la educación de sus hijos, lo que significa que con menos de una hora al curso (es lo oficial, evidentemente destinamos más), debo planificar objetivos, seguirlos, cumplirlos, alertar de posibles problemas escolares y escuchar los problemas de casa
- atender a 13 alumnos, además de la "diversidad" natural de cada grupo, diagnosticados con necesidades educativas especiales, incluyendo temas mentales (tengo muchos más no diagnosticados)
- no poder trabajar el oral: si hacen exposiciones o dan su opinión sobre temas los 36 me como tanto tiempo de clase que no puedo acabar los ridículos temas
- aumentar en mucho más que un 20% mi trabajo extra: correcciones, atención al aula virtual y correos, búsqueda de recursos.... si decido no hacerlo, las clases serán más aburridas (por decir poco y no adelantar efectos negativos)
- multiplicar las horas en reuniones de coordinación, simplemente cantar las notas de tantos ya las alarga, y cada curso requiere sus reuniones (y eso sin contar el tiempo destinado a hablar realmente de qué hacer con ellos)
-  imposibilidad de acoger a los alumnos que llegan a mitad de curso de otros países, absolutamente perdidos y que se suman sin más al grupo
Comparto además todas las consecuencias que se citan en el artículo, pero claro, según nuestros políticos eso no afecta para nada a la calidad.

domingo, 15 de abril de 2012

¿Qué hacer ante la situación que vivimos?

Leo la carta que ha enviado un centro a los padres exponiendo la situación que atravesamos y lo encuentro una medida fantástica. No comparto en cambio las medidas extremas que sugieren al final, porque perjudican al alumno y empeoran aún más la imagen del profesorado. Sí creo que habría que hacer reunionex extraordinarias con las familias para analizar la situación, que la presión a la administración no venga solamente por parte de los docentes afectados, sino de la sociedad que es consciente de los problemas que supone recortar en educación, especialmente en uno de los factores que más la afectan como es la calidad del profesorado. Peticiones para cambiar las leyes, columnas constantes en los periódicos, reportajes televisivos, generar una opinión pública que impida los desmanes a que se atreven los partidos amparados en la supuesta legitimidad del voto (que no supone carta blanca ni siquiera en el caso de mayoría absoluta). Hay que generar manifiestos y más cartas como ésta, otras dirigidas a las consejerías, que se inunden de quejas y reclamaciones a diario. Unión en los claustros para no pelearse por las migajas de las horas recortadas. Huelgas puntuales, sí, para visibilizar la lucha, pero no reducir en atención a los estudiantes, ellos no son los culpables.

sábado, 7 de abril de 2012

Enseñar a pensar en clase

El sistema educativo debe trabajar por competencias, dice la ley. Uno de los objetivos de la escuela es enseñar a pensar, dicen los expertos. Y se han detallado las capacidades que ello implica:

- capacidad para generar nuevas ideas y ser creativos
-trabajar con el sentido no literal, las inferencias y presuposiciones
- comparar, analizar y tomar una decisión razonada
-argumentar sobre una postura
-ser capaz de definir con claridad los conceptos básicos de cada tema
-ordenar un proceso o descomponer en partes un problema
-sintetizar fuentes diversas y llegar a conclusiones propias
-incrementar la capacidad de observación y espíritu crítico
-expresarse con claridad y eficacia, incluyendo los nuevos lenguajes

¡Casi nada!