domingo, 17 de marzo de 2013

Trabajo en grupo: ¿cómo formar los grupos?

Para trabajar en equipo, muchas veces pedimos a los alumnos que se pongan en grupos o formamos nosotros los equipos, que pueden variar a lo largo del año o no. Cada decisión tiene sus ventajas e inconvenientes.

La más nefasta para mí es hacer grupos por niveles, que se parecen a los itinerarios pero dentro del aula, con las consecuencias que eso conlleva. Los mejores alumnos harán un trabajo más elaborado, se reforzarán las etiquetas negativas, los que menos nota saquen necesitarán mucha más ayuda y serán menos autónomos.

Si se hacen al azar se evitan estos problemas, surgen los roces previsibles de cualquier convivencia pero puede haber enormes diferencias entre los grupos, que nunca llegan a cohesionarse y simplemente duran lo que exige el proyecto.

Si el profesor elabora el grupo mezclando conscientemente alumnos de diferentes niveles se trabaja mejor pero se refuerzan las etiquetas, porque es evidente que unos son los buenos y otros lo que no en cada grupo, especialmente si se ve el patrón de toda la clase, aparte que produce rechazo entre los mejores estudiantes, que ven mermada su nota por los compañeros.

Cuando los alumnos escogen entre sus amigos se evidencia que hay compañeros poco integrados, a quienes nadie escoge, con la angustia que eso produce, aparte de que en muchos grupos se habla demasiado y que deben poder trabajar con gente que no sea de su estricta pandilla.  Además suele haber menos grupos mixtos así.

Creo que se pueden hacer equipos conforme a intereses, de manera que ellos no sepan de antemano con quién trabajarán. Y a partir de aquí decidir si se mantiene el equipo base a lo largo de un tiempo, por ejemplo un trimestre, para que se conozcan y progresen juntos, o bien se cambia cada vez para rotar a los elementos más problemáticos y asegurar que todos los grupos puedan tener buenos resultados. Me inclino por la primera opción, modificando los grupos cada ciertos meses y cambiando los criterios de elección.

¿Y vosotros, cómo créeis que es mejor enseñarles a trabajar juntos?

jueves, 7 de marzo de 2013

Horarios de la formación del profesorado

No pude asistir el otro día a unas jornadas que me interesaban mucho por el monento en que se celebraban, y me planteo cuál es el mejor horario para la formación del profesorado (entiendo que con los cursos no presenciales desaparece esta limitación). Entiendo que hay pros y contras en todos los casos

Si se celebran por la tarde, después del colegio, suelen pecar de centralismo, es difícil que los docentes de pueblos alejados vayan a según qué cursos. Si son en fin de semana (mi opción preferida) surgen los problemas de conciliación familiar.  Y si son en horario lectivo, curiosamente la gran mayoría, hay que pedir fiesta en el centro con los perjuicios que eso supone.

Quizá debería contemplarse en el horario del profesorado un tiempo de formación, por ejemplo horas anuales, para poder preverlo con antelación, y así evitar estos problemas. Y eso evidentemente no quiere decir que alguien no se forme de manera voluntaria en su tiempo libre, como hacemos la mayoría, pero creo que no se puede cacarear tanto sobre la necesidad de actualización y el efecto finlandés y luego no facilitarlo. Un paréntesis formativo que no perjudique a los compañeros enmedio del curso podría oxigenar mucho trimestres largos y ayudar a que se asistiera a jornadas interesantes a las que tristemente pueden acudir más profesores de universidad que de enseñanza obligatoria, a pesar de ser el público al que van dirigidos.