domingo, 23 de marzo de 2014

La FP básica es un engaño II

Cuando se anunció la FP básica ya opiné que sería un fracaso: por estar peor considerada, por ser la vía para deshacerse de determinados alumnos y maquillar estadísticas y por estropear tanto la ESO como la FP. Los decretos de desarrollo confirman que no será una buena medida, aparte de para limpiar conciencias.

No me gusta el sistema de acceso: no se puede acceder con más de 17 años, ¿qué ocurre con aquellos alumnos repetidores que ya no accedan a ella pero no gradúen? No quedan vías de rescate. Además se permite el acceso "excepcional" pematuro y a la práctica se constiuye en un sistema paralelo a la secundaria. El peso de los orientadores es excesivo en una decisión de tanta trascendencia. No se asegura una plaza, además, según el decreto, por lo que puede haber niños sin ESO y sin plazas en esa nueva pseudo-FP.

No me gusta su concepción: se impartirá en centros de FP, sin el carácter troncal de las materias básicas (comunicación, ciencias) que sí tenían los PCPI de los colegios y que eran impartidos por los mismos profesores que los cursos ordinarios de secundaria. El catálogo cerrado de títulos no tiene en muchos casos continuidad en el sistema reglado y es demasiado poco flexible para el mercado actual. No aparecen ahí lo sectores profesionales de más prestigio.

No me gusta cómo sigue: se pasa a grado medio, que se devalúa todavía más, al ser escogido por los que no han podido seguir el sistema ordinario, perjudicando todo el sistema de formación profesional. No supone la posibilidad de titular en la ESO aunque se cursen las competencias básicas, por lo que al acabar, si no se sigue estudiando, se tiene un título con escasísimo valor laboral. Incluso se puede acabar sin ese título (por edad o por suspensos): más trabas para graduar.



domingo, 16 de marzo de 2014

El sistema de acceso a la universidad y las ponderaciones

Las ponderaciones y notas sobre 14 no ayudan a nadie. Los alumnos no saben exactamente qué nota les piden en su carrera, acostumbrados a puntuar sobre 10, y entonces hacen una regla de 3 (incorrecta, ya que no  cuenta igual el bachillerato que la selectividad) o bien se mueven en términos como "nota alta" o "nota baja".  La idea era que contasen las asignaturas con más relación con la futura carrera pero en realidad hay adscripciones extrañas o muchos bailes como es el caso de la carrera de psicología. Pocos alumnos escogen solamente la fase general de la selectividad, así que el supuesto ahorro económico no está siendo tal. Muchos se encuentran con la situación de que las materias que más les ponderarían no las han cursado, o las han hecho en primer curso y no van bien preparados para la selectividad. La criba de notas sigue produciéndose en las carreras de siempre y hay muchas que siguen con un 5 muy bajo por la demanda. En casos de carreras con notas muy exigentes (como medicina), la presión se concentra en un examen o dos, que deciden la diferencia al contar por 0,2. En definitiva, un desbarajuste que añade el factor estrategia a los nervios de acabar el bachillerato y complica la orientación en los centros

sábado, 8 de marzo de 2014

Reforzando desde la escuela

Ante la avalancha de planes como SEP, PIM, UE, AO y demás ya implementados, la amenaza de los programas de refuerzo de primer ciclo de la ESO de la LOMCE y el aumento de clases particulares de los alumnos, cabe preguntarse cómo debe ser un buen refuerzo escolar, hecho desde los centros y no dependiendo de la buena fortuna de hallar una buena academia o de los recursos económicos de los padres. Ese refuerzo es fundamental para prevenir el fracaso escolar, porque un alumno que se descuelga del ritmo general cuesta mucho más que se reenganche que los posibles recursos destinados a evitar esa caída.

1) El refuerzo no debe segregar al alumno. Es un error apartarlo de la clase ordinaria porque no puede seguirla: nunca se pondrá al nivel de sus compañeros si mientras él aprende A, el resto ya va por B y C. Por ello los grupos o itinerarios homogéneos son contraproducentes. Tampoco es positivo sustituir alguna materia por el refuerzo, porque no solamente se pierde ese contenido sino que muchas veces lo que se deja de impartir es algo donde podría destacar, con el efecto de mejora de la motivación que eso supone.

2) El refuerzo debe estar en coordinación absoluta con la materia ordinaria o con el grupo de competencias del centro. Hay que dar las herramientas para poder eliminar el refuerzo, que debe contemplar grados, especialmente en el caso de alumnos inmigrantes, donde se pasa bruscamente de un aula de acogida al grupo ordinario sin un auténtico plan gradual. Las empresas privadas que se han introducido en los centros no siempre hablan con los profesores especialistas del centro, las actividades de esos refuerzos pasan por hacer los deberes acompañados sin más.

3) El refuerzo debe dotar de estrategias al alumno. No sirve de nada explicarle de nuevo la lección, como hace un profesor particular. Eso genera dependencia y facilita que el alumno desconecte en clase, con la seguridad de que luego se le re-explicará de manera individual o en pequeño grupo. No sirve tampoco hacerle los deberes o ayudarle sin más, el objetivo no es que cumpla con las tareas sino que aprenda, así que aparte de llevar al día exámenes y ejercicios hay que proporcionar ejercicios a medida suplementarios. Ese refuerzo si se da en el aula ordinaria (caso de auxiliares de educación especial), debe ser poco invasivo, o separa aún más al alumno del resto.

4) El refuerzo debe centrarse en los contenidos y también en los demás aspectos del curso escolar. Hay que ayudar al alumno a planificar su tiempo, controlar agenda y apuntes, enseñarle trucos para las pruebas, fomentar su curiosidad natural, generar expectativas positivas en él y su familia sobre lo que estudiará en el futuro... Para ello es preciso contar con el tiempo suficiente, los resultados de un refuerzo no se ven de inmediato, si eso ocurre es porque es demasiado intervencionista y a la larga no ayuda.

En definitiva, hace falta un refuerzo fuera del horario normal de clase, para que no pierdan ni materias ni la oportunidad de estar con sus compañeros, liderado por auténticos profesionales en coordinación con el centro. Creo que los propios profesores y pedagogos deberían impartir esas clases de técnicas, con un programa sostenido en el tiempo y no resultadista.