En estos días vuelve el pánico: hay que conseguir la media necesaria para entrar en la carrera deseada y con el nuevo sistema aumenta el caos, ya que hay una parte sobre diez, otra sobre catorce, asignaturas que ponderan más y menos.... Esto afecta a la elección de materias en el bachillerato y a los nervios generales y sigue sin suponer un buen sistema de acceso, ya que la selectividad la aprueba la mayoría de alumnos y las notas sencillamente se han disparado por encima del diez, perjudicando a los que hicieron el bachillerato hace tiempo y desean cambiar de estudios.
Creo que habría que volver al antiguo sistema, donde la selectividad contaba un 50% y la nota de expediente otro 50%. Para las carreras con menos demanda o más plazas, bastaría con aprobar el resultado final, después de exámenes exigentes y sin la absurda rebaja de aprobar con un 4. Este aprobado debería ser igual para todas las universidades, incluyendo las privadas, pues es de vergüenza que simplemente pagando se pueda esquivar conseguir los conocimientos mínimos para cursar estudios superiores (aparte de la devaluación general del sistema que eso supone).
Si en una carrera hay más aspirantes que plaza, se puede optar por uno de los siguientes sistemas (o una combinación de ellos)
a) pedir más nota global
b) pedir una nota mínima en determinadas áreas
c) realizar una prueba suplementaria
De esta manera se podría pedir más nota en medicina, como ahora ocurre (y tiene que continuar siendo así) o mirar si alguien es bueno en física antes de admitirlo en determinadas ingenierías. Se podría exigir una prueba de idioma antes de entrar en traducción - se hace en algunas facultades- o bien exigir saber argumentar sobre temas de actualidad general en determinados estudios sociales, evaluando competencias y no solamente contenidos. Se podría ponderar más las asignaturas de ciencias en un futuro biólogo y en cambio más las de letras en un posible abogado sin tener que entrar en estrategias extrañas y shows de sacar X sobre 10 multiplicado por 4 y luego sumarle específicas de no sé qué, que solamente suman confusión a un momento muy importante de la vida de nuestros alumnos. Lo que necesitan es tener claro qué deben hacer para poder estudiar lo que quieren (y donde quieren) y mejorar la orientación para los que no lo sepan aún (muchos). Lo demás molesta.
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
lunes, 28 de mayo de 2012
sábado, 19 de mayo de 2012
Los alumnos reacios al cambio
Muchas veces se ha hablado de los frenos para la innovación que supone el sistema, el claustro lleno de compañeros boicoteadores, dirección que no lo ve claro, la falta de tiempo, quejas de los padres.... Pero a veces son los propios alumnos quienes frenan la innovación. Llevan muchos años trabajando de una misma manera, con clases magistrales donde pueden estar pasivos, donde saben qué deben hacer y cómo superar el escollo de los exámenes, especialmente los buenos alumnos. Si de repente se les pide que cambien de método, que trabajen el doble, que con memorizar no basta.... son reacios. Sus notas pueden bajar, como atestiguan los estadios iniciales de la mayoría de estudios. El profesor trabaja también más, puede cundir el desánimo.
Pero en las siguientes fases se observan ya los resultados, el cambio se ha producido y todos, profesor y alumnos, contestan en los cuestionarios que se aprende más. Por tanto animo a seguir probando cosas aunque en un principio topemos con resistencias en clase, a todos nos cuesta cambiar, a ellos también, y llevan muchas horas com una expectativa concreta de cómo transcurre una clase. Es importante explicarles por qué se realiza el cambio, qué se espera, escuchar sus impresiones para ajustar el método, no tirar por la vía más cómoda, en la que tanto profesores como alumnos trabajan menos porque se sigue un libro que hay que recitar.
Pero en las siguientes fases se observan ya los resultados, el cambio se ha producido y todos, profesor y alumnos, contestan en los cuestionarios que se aprende más. Por tanto animo a seguir probando cosas aunque en un principio topemos con resistencias en clase, a todos nos cuesta cambiar, a ellos también, y llevan muchas horas com una expectativa concreta de cómo transcurre una clase. Es importante explicarles por qué se realiza el cambio, qué se espera, escuchar sus impresiones para ajustar el método, no tirar por la vía más cómoda, en la que tanto profesores como alumnos trabajan menos porque se sigue un libro que hay que recitar.
sábado, 12 de mayo de 2012
La FP dual
El año que viene empezará una FP "a la alemana" (parece que va a sustituir a Finlandia en las invocaciones aunque luego les copiemos tan mal), que mezclará clases en los centros y otras en empresas, a modo de prácticas con teoría, que recuperan la figura del aprendiz y que pueden incluir un contrato que alivie el paro juvenil. Nada que objetar al modelo mixto, por el cual los alumnos conocen de primera mano y desde dentro la actividad de su futura profesión, simplemente quiero recalcar que el protagonismo ha de estar en los institutos, ya que las empresas no pueden dictar los currícula ni marcas las prioridades educativas: no solamente educamos para el mundo laboral, ni siquiera en FP.
Esta mezcla con "el mundo real" debería extenderse a otros estudios, como la universidad, con más prácticas durante la carrera y los másters (con lo caros que son, deberían incluirlas siempre). Y a menor escala, en la enseñanza obligatoria, donde en vez de empresas (o solamente empresas) tendríamos que incluir estancias en centros culturales y museos, ir más allá de la excursión anual y trabajar con los materiales y recursos del entorno, algo sumamente difícil con el aumento de ratios y el recorte de plantillas.
Esta mezcla con "el mundo real" debería extenderse a otros estudios, como la universidad, con más prácticas durante la carrera y los másters (con lo caros que son, deberían incluirlas siempre). Y a menor escala, en la enseñanza obligatoria, donde en vez de empresas (o solamente empresas) tendríamos que incluir estancias en centros culturales y museos, ir más allá de la excursión anual y trabajar con los materiales y recursos del entorno, algo sumamente difícil con el aumento de ratios y el recorte de plantillas.
sábado, 5 de mayo de 2012
Vídeos como recurso didáctico
Vía el caparazón descubro una nueva utilidad para usar los vídeos como recurso didáctico, una herramienta potentísima (aunque me suele funcionar más con vídeos cortos que luego se pueden comentar en el aula) que se suma a las voces que piden cambiar el tiempo de clase para dedicarlo a resolver dudas, debatir o practicar y no para enseñar contenidos, algo que se puede hacer con medios tic (como propone la Khan Academy). Tal vez cuando haya muchas más herramientas como ésta y muchos más vídeos o recursos que escoger, será más fácil abandonar el libro de texto tradicional y la clase de rollo explicativo. También pueden servir para personalizar cursos on-line o dar trabajos extras a los alumnos, entre otras posibilidades.
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