sábado, 4 de abril de 2009

¿Deberes?

Empiezan las vacaciones de Semana Santa y preparo con placer los libros que voy a leer mientras estoy fuera. El hijo de un conocido me pregunta por qué me llevo "trabajo", lo que inicia un debate sobre la lectura y acaba, padre por medio, hablando sobre los deberes. El niño encuentra muy injusto que le hayan puesto deberes si está de vacaciones y el padre lo secunda, diciendo que por unos días de descanso no va a pasar nada, que además tienen que estar todos pendientes y enfadados para que los haga, que si los profesores estamos descansando por qué los alumnos no... Respondo con los hábitos, explico que es poca cosa, que no estamos tampoco nosotros de brazos cruzados, etc. Pero no se convence y termina afirmando que los niños de hoy en día tienen demasiados deberes y me pregunta por qué se ponen

Pronfundizando un poco en la conversación después a solas, creo que los deberes no siempre son iguales. ¿Por qué se ponen?
- para repasar lo visto en clase
- porque no ha dado tiempo de acabar bien un tema
- para practicar la teoría explicada
-para preparar un examen o trabajo

Es cierto que muchas veces suplimos con esos deberes lo que deberíamos hacer en clase, y que fuera del aula no todos tienen ayuda ni espacio para hacerlos. También es verdad que es bueno que se acostumbren a tener un hábito, que deben enfrentarse solos al tema y ver si lo entienden. A veces no nos coordinamos con los compañeros y sobrecargamos a los alumnos, otras veces confunden esos deberes con el estudio. ¿Qué pensáis de los deberes? ¿Ponéis muchos? ¿También en vacaciones?

Otro tema, en todas las clases hay uno (normalmente chico, sí) que no hace nunca los deberes (según el grupo, son más). ¿Cómo actuáis en estos casos?

5 comentarios:

Toni Solano dijo...

Me gustan muy poco los deberes. Reconozco la necesidad en muchos casos de afianzar lo que en clase ha pasado desapercibido, pero me parece que, para algunos alumnos, esto no se consigue en absoluto con tareas en casa (o en academias).
En 2º de ESO, curso difícil, la tendencia es a trabajar más en el aula. Algunos alumnos en grupos difíciles incluso dejan la libreta en un armario para no perderla. Mi idea para clase: "menos explicación y más tarea".

Lourdes Domenech dijo...

Hacer deberes en casa requiere espacio, tranquilidad y disposición. Muchos de nuestros alumos no tienen ni lo uno, ni lo otro, ni lo tercero.
Mandar deberes es muchas veces una tarea estéril. Ahora bien, hay alumnos que piden deberes porque su interés por aprender sobrepasa las horas de clase. A estos hay que proporcionarles estímulos también en vacaciones.
Conclusión: la diversidad también debe plantearse cuando se programan los deberes.

eduideas dijo...

Lu, sin duda hay que tener cosas extras para los que piden más. Y Antonio, el tema academias daría para más de un post, siempre me ha asombrado que los profesores recomienden que otro les dé clase, sea en el formato que sea... Estaría bien hacer una estadística de los deberes que se mandan en cada centro, hay diferencias abismales por lo que yo conozco

Anónimo dijo...

A mi es un tema también que me parece muy interesante. Porque además me causa dudas. Sobre todo, porque como se comenta, es curioso como es motivo de discusión y de desacuerdo en muchos lugares; puesto que hay profes que ponen muchos, profes a favor, profes en contra, etc. A mi me gustaría saber más sobre estas prácticas, como se propone aquí. Yo también creo que hay diferencias abismales. Pero, claro, son impresiones; y algunas certezas.
Saludos.
rib

Enrique Sánchez dijo...

Como el tiempo escolar es escaso, los contenidos son muchos y la metodología claramente ineficiente, se recurre a los deberes para paliar las carencias de la escuela, para hacer fuera de ella aquello que no se pudo o no se quiso hacer dentro. Cuando lo más sensato sería ajustar los programas al tiempo disponible, revisar la cantidad de contenidos que se imparten y analizar la forma en que se trabajan, de manera que los deberes no fueran necesarios.

Y si se trata de completar el trabajo de la escuela, de proporcionar aquello que la escuela no da o que en la escuela no se hace, cabría matizar que la decisión sobre lo que es preciso aprender no es potestad exclusiva del sistema educativo ni de los legisladores. Porque, tal y como están concebidos, el tiempo que se dedica a los deberes es tiempo arrebatado, tiempo que se debería dedicar al juego, el paseo, la conversación, la risa, el movimiento, la amistad, la curiosidad, la magia, la ensoñación y tantas otras cosas que no se han mimado en la escuela.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/los-deberes