miércoles, 3 de febrero de 2010

Evaluar a los profesores II

Retomo un tema que ya traté en su día, la evaluación de los profesores, porque he leído una noticia que indica que "Dos de cada tres docentes, reacios a ser evaluados". El titular ya me parece tendencioso, parece como si el colectivo de profesores fuera algo impregnado en el secreto, que no quiere salir a la luz, que no admite que le pidan méritos o rendimiento. Y seguro que es cierto que hay profesores así pero creo que lo que no se ve claro no es el concepto de evaluación, sino la manera.

Para empezar: ¿Quién evalúa?
- Si son los alumnos, se pueden ver marcados por aspectos como "me cae bien", "me aprueba", "me río en clase", "me gusta la materia" o "mis amigos dicen que..."
-Si son los padres, pueden surgir subjetividades como "a mi hijo le ha puesto tal nota", "me han llegado comentarios que..."
-Si son los compañeros o director, pueden guiarse por afinidades ideológicas, docilidad, disponibilidad para "pringar" en cosas que no tocan...

Parece ser que sólo se puede evaluar desde fuera. Pero ¿se puede? ¿Se puede evaluar sin conocer cómo funciona la dinámica de aula? ¿Basándose solamente en rendimiento, con lo que tiene eso de injusto (los puntos de partida son diferentes), condicionador (sólo se enseña lo que sube puntos) y peligroso (apruebo para recibir mejor evaluación? El proyecto andaluz de mejora ya mostró esos riesgos. ¿Se evalúa entonces los materiales que usa el profesor, convirtiéndolo en un redactor? ¿Se evalúan las horas de dedicación, cuando se supone que están fijadas por ley? ¿Cómo se evalúa la relación con los alumnos?

No me extraña que los profesores seamos "reacios", no está nada claro el tema.

5 comentarios:

Miguel dijo...

En toda actividad el éxito es indicador imprescindible, y siempre se pueden buscar aspectos de mejora. Se marcan unos indicadores y se analizan procesos y resultados.
Lo peor no es que no se evalúe a diestro y siniestro, es que ni siquiera se evalúa a quien está dispuesto someterse a ella para mejorar su trabajo, o lograr reconocimiento.

Lourdes Domenech dijo...

Es un tema delicado. Verás, nuestro centro pasó una auditoría. Se eligieron algunos departamentos al azar (eso nos dijeron)y el nuestro fue evaluado. El auditor sólo pidió documentos escritos, no asistió a nuestras clases. Aunque sí preguntó a nuestros alumnos sin nuestra presencia.
La sensación final fue desazonante. Este curso se vuelve a repetir la experiencia con otros departamentos y éstos no hacen más que pedir la documentación a los que salieron airosos del proceso.
Sobran comentarios

JJ dijo...

En mi opinión seguramente acabarán por escoger aspectos concretos fácilmente cuantificables. Probablemente como sucede en la valoración de méritos para los concursos de traslados: items con una valoración numérica que a menudo nada tienen que ver con la docencia.
El problema básico consiste en que no saben qué es el buen quehacer docente, y esto se puede apreciar en los criterios de selección de funcionarios docentes (anteriores y actuales)

eduideas dijo...

Miguel, nadie dice que no haya que evaluar pero como comentan Lu y JJ en educación lo que te piden no siempre tiene algo que ver con dar bien una clase, es papeleo inútil.

José dijo...

Me quedo pensando en la pregunta que plantea JJ. ¿Está claro en úé consiste ser un buen docente?