La queja constante por no acabar el temario, entendido como algo que hay que dar se asimile o no, tenga coherencia o no, se repita año tras año o no, es quizá de las más extendidas. Todos pensamos que deberían darse algunos temas, mucho más importantes que los actuales, en nuestras materias. Incluso se proponen asignaturas nuevas, para tratar asuntos de actualidad o nuevas necesidades.
Pero rara vez se propone lo contrario, quitar materia, elimiar temas inútiles o ya obsoletos. Sobrecargamos más y más los temarios aunque se reduzcan horas, aunque cambiemos la manera de dar clase y nos dediquemos por tanto más a cada tema. Por eso querría proponer desde aquí empezar una operación limpieza, crear documentos colaborativos para suprimir esos temas que ya no pensamos fundamentales (aunque cueste quitar conocimientos) y transmitir esas propuestas. ¿Os animaríais?
8 comentarios:
Hombre, si empezamos a quitar lo que le pide a uno el cuerpo, a lo mejor no acabamos. Pongo un ejemplo para no aburrir: ¿por qué no eliminar ya el siglo XVIII de una vez del temario de 2º de Bachillerato?. Hasta hace unos años, ese curso de Lengua y Literatura (que ya iban juntas mal que le pese a la inefable Lucía Figar)el temario de literatura empezaba en el Modernismo. Y con todo y con eso, ya a muchos les parecía una barbaridad de contenido en el capítulo literario.
Como ha defendido mil y una veces Guadalupe Jover, entre otros muchos, lo importante no es saber la vida y obras de un autor (lo que ya criticaba el profe encarnado por Federico Luppi en Lugares comunes), sino leerlo, apreciarlo, averiguar lo que supone en su momento, etcétera. Pero eso no sólo en lo que concierne a la lengua y la literatura, sino también en Historia (que se podía titular España: de Atapuerca al euro; algo inabarcable se mire por donde se mire), en Filosofía y en todas las demás materias.
Todo nos lleva a esa identificación entre currículo y libro de texto, algo tan pernicioso como para provocar que los alumnos consigan acabar el libro sin saber hacer nada concreto de la asignatura. Lo que tenemos que hacer es considerar el currículo como guía en cuanto a los objetivos (y no tanto los contenidos) y con ellos priorizar en función del contexto (algo que exige la ley). Personalmente, voy saltándome a la torera un montón de páginas del libro, a cambio de realizar actividades en las que los alumnos hagan algo más que rellenar huecos.
De acuerdo con la importancia de leer obras y no contextos sin textos en literatura y tambiéncon la apreciación de que el currículum no es el libro (personalmente solamente tengo libro de texto en algunos cursos, por decisión del departamento y también me lo salto bastante). El problema es que no es lo común entre los profesores, que siempre se quejan de la imposibilidad de acabar un temario que transmiten acríticamente porque viene en el manual
Creo que todos estamos más o menos de acuerdo en que los libros de texto son un material muy insuficiente(no digo inútil), por lo que nada tiene de extraño que en algunos centros se opte por no tenerlos. Yo estuve hace unos años en un instituto madrileño que no los usaba, pero prescindir de ellos supone un trabajo mucho mayor para el profesorado -y también una satisfacción superior con los resultados - y ha de ser una decisión tomada por todo el departamento. Como es lógico, el material se colgaba en internet, se animaba a los alumnos a traerlo ellos mismos al aula -y eso da una motivación extra a los chicos, como era de esperar-, se empleaban textos e incluso lecturas comunes para varias asignaturas y también se organizaban actividades junto con otros departamentos:Música, Plástica, Geografía e Historia, etc.
Es más, se estaba intentando crear una programación simultánea entre varios departamentos, tal y como ya hizo Guadalupe Jover hace unos años, tal y como se dice en un muy interesante artículo de Aula de Innovación Educativa. Y cuando llegabas al final de curso los propios alumnos te comentaban lo diferente que había sido el curso respecto de años anteriores y lo positivo y motivador de cuanto se había hecho en clase y fuera de ella (las visitas a la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Salamanca, por ejemplo, fue todo un éxito).Ese puede ser, en mi opinión, uno de los caminos.
Chema, comparto absolutamente lo que dices, trabajar uniendo asignaturas es una de las vías para el cambio, el currículum entonces se abrirá de manera natural
A este paso voy a monopolizar este blog que es de Eduideas y no mío. Sólo quería concretar el artículo de Guadalupe Jover, que está en el número 142 (junio de 2005) de la revista Aula de Innovación Educativa. La reflexión sobre el curso programado por varios profesores en un proyecto común(creo que de Música, Geografía e Historia y Lengua)me parece, sencillamente, modélica. Yo recomendaría los libros de esta profesora, no sólo porque la conozco y sé cómo trabaja en el aula, sino porque tanto esos textos como sus numerosos artículos sobre la educación, la lengua y la literatura, el aula como lugar de encuentro de muchas culturas y otra serie de temas son muy recomendables. Por cierto que los dos últimos libros que ella coordina están en internet y son de acceso gratuito, y ambos proponen acercamientos a diferentes libros tomando como hilo conductor temas relacionados con los jóvenes, que a fin de de cuentas son nuestros alumnos.
Hace tres años, en otro centro, estudiamos la clasificación científica de los animales (iniciativa de un glorioso David, que tiene un blog genial de todo tipo de experimentos científicos en el aula y fuera ella: cienciaenrosa.blogspot.com)junto con la representación de los mismos en los bestiarios medievales -trabajo de nuestra compañera de Plástica, Maricarmen- y de la plasmación literaria en la Edad Media(el unicornio,los dragones de las novelas de caballerías, etc.). Ni que decir tiene que los chicos estuvieron encantados de esas horas y de ver que lo que aprendían en una asignatura les valía en otras. No sólo eso, sino que les dimos pistas para bestiarios como los de Juan José Arreola y otros autores del siglo XX.
Y termino: no digo que esto sea la panacea a la educación en la actualidad, obviamente, pero sí que a mí me ha servido y que es una posible vía para otro tipo de educación, al margen de muchas de las -como las llamaba Flaubert -"ideas recibidas".
Chema, no sufras, lo bueno de los blogs justamente es recibir comentarios y debatir, seguro que los lectores agradecen tanto las referencias como yo. Tu perfil está oculto, si tienes también un blog sería interesante conocerlo
No me acordaba ayer del número 48 de la revista Textos (Didáctica de la lengua y la literatura), monográfico de primavera de 2008, que publica Graó. Pues bien, bajo el título de Currículo y educación lingüística se hace una serie de reflexiones imprescindibles sobre lo que suponía el nuevo currículo. Por otra parte, recomendaría un libro coordinado por José Gimeno Sacristán con el título de Educar por competencias, ¿qué hay de nuevo?(Ed. Morata, 2008), que no es que ponga en tela de juicio todo el actual sistema de educación por competencias (porque creo que los libros y artículos de Philippe Perrenoud sobre ese particular siguen de plena vigencia), pero que en sus muy variados acercamientos y autores reflexiona sobre lo que puede suponer una educación de ese tipo y que, en último término, me parece que tiene que ver y mucho con el currículo.
Por lo que a blogs se refiere, mi propia ignorancia de las nuevas tecnología me ha llevado a tener sólo dos: en uno he volcado cuanto he escrito en los últimos siete años en un pupurrí de libros, música, teatro, cine y cosas así (www.caramillo.blogspot.com). El segundo, que en su momento pasé al referente de todos nosotros (apuntesdeunprofe) empezó siendo una cosilla de teatro español hasta el siglo XVIII, por un curso de la UNED, y ha terminado convirtiéndose en una reflexión sobre los problemas educativos de nuestra comunidad (www.alsocayo.blogspot.com). Esto es todo por el momento, un saludo.
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