Vuelve estos días a la blogosfera el debate sobre qué enseñar. Frente a enfoques economicistas como el de la nefasta política educativa actual, varios abogan por aprender cosas "inútiles", que se acaban revelando como las más útiles, y otros añaden que eso ayuda a entender cómo funciona el mundo, necesario para moverse en él. Como recuerdan los informes, en Europa uno de cada cinco adultos no lee con la fluidez y competencia mínimas.
Por eso desde las aulas hay que dedicarse a leer, no solamente los profesores (pero empezando por ellos) sino los alumnos. Debería ser el centro de la didáctica, la lectura y comentario de textos, documentos, no el libro de texto sino reales, ligados a lo que ocurre hoy y anclados en una tradición que dota de contexto a lo que somos. Leer en todas las materias, leer textos variados, leer y debatir para formarse ese espíritu crítico que aparece en todas las programaciones pero que no siempre se fomenta en clase. Eso es lo que debe enseñar la escuela: a leer cualquier tipo de texto con un nivel de comprensión suficiente para relacionarlo con otros y con uno mismo y actuar en consecuencia. Lo demás, se aprende solo.
Así que en la clase hay que destinar el tiempo suficiente para leer y asimilar los textos, sin el estrés de acabar un temario lleno de contenidos "funcionales" pero absolutamente inútiles, permitiendo la deriva de la clase, los temas tangenciales, las lecturas sorprendentes, los textos sugeridos por ellos mismos, las conexiones inesperadas. El objetivo de la educación debe, sin duda, anclarse en la lectura, entendida del modo más amplio posible
6 comentarios:
Estoy tan de acuerdo contigo en eso de la necesidad de la lectura comprensiva, de textos reales, que aun estando inactivo como profesor (espero no haber pasado ya a exprofesor sin haberme dado ni cuenta) sigo recopilando noticias y textos de revistas de tecnología, de cine, de historia, recetas de cocina (hay un blog estupendo sobre listas de la compra en www.loqueespanacompra.blogspot.com), errores que voy extrayendo de radio y televisión y de los que ya tengo varios folios, etcétera.
Creo que lo que tengo que hacer es otro blog, o aprovechar alguno de los viejos, y meter todo ese material para todos aquellos que lo quieran utilizar, porque tenerlo yo, sin poderlo emplear, es un poco absurdo, para qué nos vamos a engañar
Aprender a leer es útil, pero es mucho más que eso. Leer no es traducir lo que está escrito, ni comprender y ejecutar correctamente una secuencia de instrucciones; leer es descubrir qué hay más allá de las palabras, encontrar su ritmo y recuperar las asociaciones y pensamientos que las vinculan. Leer, en realidad, es volver a escribir, haciendo nuestro lo que ya está escrito. Pero no es así como se enseña la lectura. Y lo mismo podría aplicarse para el cálculo, el dibujo, la historia, la física o cualquier otro de los saberes convencionales.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/educar-para-la-incertidumbre
Hola Chema, estaría bien que hicieras una web con esos recursos, varios te lo agradeceríamos. Enrique, sí, lo que debería hacerse creo que los profesores de estos rincones blogosféricos lo tenemos claro, pero no es lo que más abunda.
Más que eso:creo que lo que voy a hacer es no sólo colgar esos materiales, sino también la lista de libros que en su tiempo preparé,a instancias de una compañera, sobre posibles lecturas para clases interdisciplinares, del tipo: Hablando de física a la salida del cine, de Antonio Amengual, El diablo de las matemáticas, de Hans Magnus Enzerberger, por no hablar de esa obra maravillosa que es La vuelta al mundo de un naturalista de Darwin, y de la que tanto he aprendido. En aquel tiempo, los alumnos -creo que de cuarto- leían El hereje para clase de historia, y yo pensaba que un librito de juegos de la Francia del siglo XVII podía ser útil para las clases de Educación Física, como lo sigo pensando sobre un añoso volumen de Emil Pfandl sobre todo tipo de entretenimientos en la España del Siglo de Oro, desde las carta a juegos infantiles.
Desde que andamos desarrollando el plan lector, la constatación más desoladora ha sido descubrir que los docentes no leen. Así nos va.
Chema, esperamos esa web, seguro que está muy bien. Y sí, Toni, hay muchos profesores que no leen jamás, triste pero cierto. Luego eso se nota...
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