sábado, 11 de enero de 2014

El inglés en el sistema educativo (y más lenguas)

En Catalunya se exigirá un nivel mínimo de C1 para impartir inglés o asignaturas en esta lengua. Ya era hora. No es normal que con menos dominio se pueda dar clase de idioma extranjero, como ocurre en los esperpentos bilingües de las secciones madrileñas o en el fallido TIL balear.

Para mejorar el inglés de los alumnos solo hace falta sentido común. Profesores que hablen bien el idioma, eso para empezar. Si se quieren dar materias en otra lengua, que no se empiece a saco, no tiene sentido que haya más vocabulario desconocido en Science que en inglés. Porque haciéndolo así sin duda hablan más inglés a la larga pero pierden conocimientos y aumenta el estrés del sistema, aparte de bajar las notas o regalarlas. En las materias debería verse como algo normal usar parte del material en el idioma original, por ejemplo textos de la web o vídeos como complemento de cualquier asignatura. Y no solamente inglés, sino un auténtico entorno plurilingüe donde las lenguas no sean islas sino puentes. En castellano se puede usar puntualmente un texto en otro idioma para trabajar conceptos lingüísticos y se debe dar literatura universal. Se pueden visionar cortos y fragmentos de películas.

El inglés no puede ser a costa de nada. Desde luego no del catalán, tampoco de perder el tiempo como en la risible ciudadanía valenciana. Tiene que sumar y no restar. Debe ser un idioma de comunicación, que se use de forma natural y no artificial o forzada. La red es un gran aliado en esta batalla.

Y, evidentemente, las clases de inglés hay que centrarlas en la competencia comunicativa y no solamente en ejercicios estructurales de rellenar huecos con tiempos verbales que se repiten año tras año sin que se aprecie progresión alguna. Para acabar, un aviso. El inglés y las matemáticas son las asignaturas que con más facilidad se les atragantan a los alumnos, pues el nivel es acumulativo y perderse puede suponer ya no coger nunca más el ritmo.

Como siempre, por tanto, hay que empezar por la base.  Buenos maestros de inglés (muchos actualmente no controlan nada el idioma), asignaturas progresivamente en varias lenguas, material diverso y real. Y clases con mucha comunicación, lo que requiere grupos reducidos. Lo demás, experimentos carísimos y fallidos


2 comentarios:

Toni Solano dijo...

Todo se hace con prisas y sin mirar más allá de una legislatura. Es la única explicación que tienen esos planes plurilingües condenados de antemano al fracaso. Primero hemos de luchar contra el fracaso escolar en lengua materna, altísimo e insostenible, y después poco a poco integrar otras lenguas. Si se hace al revés, el fracaso escolar será todavía mayor. Apunté algunas ideas al respecto aquí: Superteacher. Un saludo.

eduideas dijo...

Totalmente de acuerdo, Toni. Nadie quiere legislar para el futuro sino fingir que se hace algo (inútil pero vistoso) para solucionar como por arte de magia los problemas, hecho que suele agravarlos como es lógico.