sábado, 26 de diciembre de 2009

Cine en el aula

Después de las comilonas navideñas y de Sant Esteve (que he aprendido hoy que se celebra también en Irlanda y Serbia), vuelvo al blog con un tema que tenía pendiente de los últimos días. Es costumbre en muchos centros poner películas en esos días de final de trimestre y oí un comentario de un alumno que decía que para eso se quedaba en casa, y que ya llevaba dos vídeos. Esto liga con la impresión, que ya comenté, que muchos padres tienen sobre que se pierde el tiempo en muchas ocasiones.

Creo que el cine no debe plantearse simplemente como algo de relleno, deberían tenerse en cuenta las siguientes normas
a) Una película es una actividad didáctica, aparte de visionarla hay que programar actividades de comentario o análisis y su evaluación
b) Se debe vigilar el tiempo de clase (no da tiempo a ver un largometraje entero en una sesión): o bien se divide o, mejor, se seleccionan los fragmentos que se desean trabajar
c) La película, si se ve entera, no debe ser muy típica o aburre
d) Hay que presentar la actividad previamente e instar a los alumnos a estar activos durante el pase, además de probar antes el vídeo etc. para no perder minutos con problemas técnicos

Existen muchas páginas que recogen propuestas didácticas y sugerencias de películas que se pueden aprovechar en el aula. Igualmente, así como hay clubs de lectura escolares, tendrían que fomentarse los grupos de cinefórum (como complemento a la optativa de cultura audiovisual que todavía no es de oferta obligada en todos los centros).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Importantísimo lo de preparar actividades para el visionado de una película. Si no, se queda en lo meramente anecdótico.
Aun así, entre mis compañeros sigo viendo que lo más habitual es sustituir la última hora de clase del trimestre por una película, independientemente de las aplicaciones didácticas que pueda ofrecer.

Efe dijo...

En mi centro se programaron unas actividades deportivas para el último día. Es una idea buena, pero yo habría programado ADEMÁS la proyección de alguna película. Aunque sólo fuese para que los alumnos pudieran variar un poco, o elegir actividad.

A mí el cine me encanta, así que entiendo que programar actividades demasiado densas pueda ser contraproducente. Un alumno no va a disfrutar una peli si se agobia pensando que luego va a tener que hacer un trabajo sobre ella.

Si tuviera que poner una película, creo que propondría un debate sobre alguna cuestión que toque la proyección y luego mandaría algún tipo de crónica o redacción sobre las líneas del debate. Mi idea es que los chavales no tomen notas durante la película, sino después, cuando hablen de la misma.

¿Creeis que podría funcionar?

Hasta de un truñaco como Avatar se puede hablar bastante... Y dura tres horazas.

Por cierto, al final llovió y se suspendió todo lo programado, por lo que hubo que dar clase... ¡Y nadie llevaba material! Un desastre.

Juliiiii dijo...

Yo no suelo poner películas al final de las evaluaciones porque cuando me quiero dar cuenta, entre exámenes y trabajos y demás, no tengo tiempo a preparar algo decentemente, y para que los chicos piensen que la película está para pasar el tiempo (como muchas veces pasa), mejor preparo otro tipo de actividades...

eduideas dijo...

Veo que es basante común poner películas al final y que en general no se programan actividades.

Efe, debatirla es ya una actividad, no hace falta que sea un trabajo pero sí un comentario o algo. Lo de tomar notas, puede servir si esas notas sirven o cuentan, si es por placer dudo que apunten cuando hablen sus compañeros.