Las instrucciones sobre recuperaciones van cambiando según las leyes, los caprichos del gobierno de turno y las disposiciones de cada centro. Suponen en la mayoría de los casos una nueva oportunidad para aprobar o, en los alumnos con muchos suspensos, bajar el número de "cates", que es lo que suele ocurrir, muchas veces a costa de un examen único con un nivel más bajo.
Y cada vez me gusta menos este sistema.
¿Tiene sentido evaluar con un examen lo mismo que todo un trimestre o, peor, todo un curso? ¿Es lógico que se preparen en vacaciones y con muy pocos días lo que no han hecho en una evaluación y sin nosotros? ¿Por qué se repite sin margen de asimilación el mismo contenido de un examen si no es para dar pistas de cómo aprobarlo? ¿Tiene sentido que no cuente actitud ni trabajo en un sistema de evaluación continua? ¿Es justo para los que han trabajado constantemente que un compañero saque lo mismo pasando únicamente una prueba más fácil? ¿A nadie le escandaliza que se bajen tanto los suspensos a golpe de recuperaciones? ¿Por qué se siguen usando los suspensos y la amenaza de estudiar en verano como un arma?
Un alumno tiene que recuperar sus errores mostrando más trabajo e interés en la siguiente convocatoria, siendo evaluado con criterios similares, como sucede en las asignaturas llamadas continuas, donde además cuenta más la última evaluación, cosa comprensible si se trata de recoger los frutos de todo un curso. Es cierto que las recuperaciones hacen que los alumnos, o algunos, no pasen totalmente en blanco las vacaciones pero para ello mejor reformemos este pésimo calendario sin alterar el sistema de calificación con rebajas absurdas.
3 comentarios:
Los exámenes, tanto de la propia escuela como externos, no hacen más que poner en evidencia lo diferentes que, académicamente hablando, son algunos alumnos de los demás. Y las notas contribuyen a cuantificar este fracaso. Y la sensación de fracaso provoca reacciones muy distintas en los alumnos, que se agudizan a medida que crecen y consideran, o deciden, que han sido excluidos del sistema, pero no pueden salirse de él.
Ante lo contradictorio de la situación, en la que al final priman más los resultados que los procesos, se buscan todo tipo de fórmulas y de apaños, manteniendo la ilusión o la apariencia de que la escuela es inclusiva y en ella se atiende a la diversidad, cuando lo que se está practicando son distintas formas encubiertas de selección, acompañadas de una tendencia creciente hacia la igualación a la baja.
Por citar algunos ejemplos: las exigencias se reducen para que haya más que las puedan satisfacer; los profesores tienden a delegar su responsabilidad en los especialistas y solicitan que los alumnos con dificultades manifiestas sean atendidos privadamente, fuera del aula; cuando es posible, los grupos se dividen en otros grupos más pequeños, buscando que el nivel académico de los alumnos sea lo más homogéneo posible o intentando aislar o neutralizar los alumnos más problemáticos o conflictivos; mientras que la ley lo permita, se busca el momento más idóneo para que los alumnos repitan curso, con la esperanza de que maduren, se solucionen sus dificultades o recuperen el retraso. Incluso los padres son selectivos, buscando aquellos colegios donde consideran que es más alto el nivel y menor la conflictividad, lo que dichos colegios consiguen a base de seleccionar los alumnos que contribuyan a ello y denegar la plaza a aquellos que no se ajustan a cierto perfil. Todo ello sin cuestionar la premisa principal: para seguir estudiando, una vez terminada la enseñanza obligatoria, es necesario haber demostrado que se saben ciertas cosas.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/%C2%BFinclusion-o-seleccion
El sistema de evaluaciones es injusto siempre porque deja poco margen a evaluar de verdad las competencias. En el caso de 2º de ESO, nosotros evaluamos controles, libretas, lecturas, trabajo de aula, todo a lo largo de los trimestres. Pero, ¿cómo gestionar esa recuperación para septiembre? ¿Entregar la libreta y una lectura compensan el trabajo de todo un curso? ¿Superar un examen? Es complicado.
De acuerdo con ambos, menos exámenes resultadistas y desde luego suprimir septiembre, no compensa lo que se evalúa durante el curso y es un contrasentido absoluto calificar el periodo que no han estado con nosotros
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