Los museos tienen siempre un departamento didáctico, igual que los teatros, entidades un poco grandes y cualquier establecimiento cultural. En la mayoría de casos sus profesionales no conocen mucho el mundo educativo y simplemente publican un dossier o dos al año esperando que los escolares les llenen sus salas y espectáculos, en una época donde se sale menos de los centros (crisis, desencanto de los profesores por los recortes, más alumnos por aulas, bajas no cubiertas, currículos cada vez más inacabables....).
Creo que sería mejor que hubiese especialistas que se dedicasen a crear puentes entre el colegio y el mundo cultural y asociativo con propuestas realistas y que siguiesen el programa oficial, es decir, que no fueran una especie de lujo que poder hacer solamente si hay tiempo o por parte de docentes motivados. También habría que cambiar los horarios escolares para que hubiera días fijos para salir de las paredes y hacer una enseñanza más real. Es más lógico aprender sobre arte viendo el cuadro en directo, conocer de primera mano la experiencia de un profesional de la tecnología o asistir a conciertos en música que trabajar en un aula con un libro de texto simplemente. Si se estableciera un día cada quince o cada mes donde hubiera una salida, rotando entre materias, junto a propuestas ya fáciles de aplicar para esos días, se promovería un aprendizaje mucho más vivencial, ya aque esas salidas serían el inicio o centro de proyectos rotativos integrados en el territorio, ligados a fechas especiales o acontecimientos de actualidad. Los alumnos verían que lo que aprenden tiene sentido y la organización, al ser fija, sería más sencilla para los centros, destinando parte de las horas no semanales de los profesores por turnos.
Así además se incrementaría el poder educativo de esas salidas, porque ir a la playa o a un parque de atracciones (las excursiones estrella) pueden ser muy formativas para la cohesión y aspectos tutoriales pero mucho menos para las materias. ¿Por qué no integrarlo todo?
2 comentarios:
En mi departamento ya se ha convertido en una tradición no hacer ninguna. Las versiones teatrales para estudiantes son flojitas y encima no suelen gustarles, las visitas culturales se convierten en torturas plagadas de quejas, lo mismo que el cine de tutoría. Me parece que en la era de la información, las salidas extraescolares a cargo del profesorado tienen poco sentido y como dices mejor convendría que fuesen competencia de personal especializado en animación.
Si quiero que entren en contacto con el mundo cultural y artístico del entorno, prefiero mil veces plantear un proyecto en el que esa salida corra de su cuenta y les resulte realmente útil para un trabajo.
Hay salidas y salidas, no creo que haya que suprimirlas del todo sino cambiarlas. Y lo de que vayan por su cuenta... sería lo ideal pero pienso que se puede plantear cuando el hábito ya está implantado
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